Ambos eran dioses dispuestos a dar todo de sí para proteger a su querido pueblo y también para defender a la persona que más amaban en aquel mundo.
K'uk'ulkan y su amada Ix Chel se verán obligados a actuar luego de que se encontrara una máquina cap...
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Omnisciente
Parecía que el tiempo se había detenido entre esos dos talokaniles que se miraban fijamente. Ix Chel estaba enfadada y eso se notaba a leguas de distancia, aquella "propuesta" de matrimonio sonaba más a algo que debía hacer forzosamente… además le enojaba a niveles inimaginables el hecho de que Alom le dijera qué la iba a "corregir" si claro, había que ser muy crédulo para pensar que iba a poder imponerse sobre su propia decisión, no era un objeto; era un ser humano, tenía sentimientos... independencia y la capacidad de decidir.
—No— respondió ella tajante, inclinando su cabeza hacia el frente y frunciendo los labios expresando su evidente incomodidad y molestia, esperando que el muchacho no hablara más.
—¿Qué? ¿Cómo que no? Por supuesto que te vas a casar conmigo, te lo he propuesto y ahora no puedes negarte — dijo ahora Alom con voz profunda y señalándola, dando un paso y otro hasta ella tratando de verse amenazante. Ix Chel no temió, ella fácilmente podría dejarlo noqueado si así lo quería
—Pues lo estoy haciendo, entiende que no es no. No creas que puedes venir aquí y exigirme algo así Alom, realmente me agradas pero he dicho no y espero que comprendas mi decisión. Fin de la conversación — la heredera al trono giró sobre sus talones y caminó con rapidez hasta el agua para lanzarse de un clavado a ella y sumergirse con habilidad entre la marea y el enorme oleaje que se presentaba en el lugar. Claramente le molestaba que trataran de imponerse sobre sus decisiones de esa manera
—¡Así lo marca la tradición Ix Chel!— gruñó el joven detrás de ella, provocando que la chica rodara sus ojos y saliera nadando con mayor velocidad. Su fuerza estaba bastante disminuida considerablemente pues pronto habría luna nueva, pero ni siquiera eso pudo ser superado por el chico de la familia noble que perseguía a la de cabellos cacao
—¡Me importa un bledo! La tradición no debería imponerse sobre nuestras propias decisiones ni el libre albedrío— Ix Chel respondió y siguió nadando, Alom no se rendía y la persiguió hasta que la perdió de vista entre las calles de Talokan. Claramente había sido humillado por ella y eso lo hacía sentir impotente, hablaría seriamente con el casamentero y Kanté, Ix Chel no podía negarse de esa forma a su propuesta, haría lo que fuera pero ella iba a pertenecerle para siempre, él le había ganado a todo hombre en Talokan y no iba a permitir verse pisoteado de esa manera por una chica de linda mirada perla. Incluso había sobrepasado a K'uk'ulkan, su mayor logro no iba a ser minimizado por ella.
Ix Chel temblaba de enojo por las palabras de Alom, ni siquiera se permitió cuestionar si era cierto lo de que su "mano" ahora estaba disponible para ser dada en matrimonio. Eso sin duda alguna significaría un gran problema para ella y la forma en la que viviría el resto de sus días. No quería verse doblegada por un hombre, no quería casarse sin un amor que la valorara y la respetara como era… ella quería alguien que la conociera y quería casarse con alguien a quien amara, no por la estúpida tradición de "el primero en hacerlo gana", no era un objeto.
