Ambos eran dioses dispuestos a dar todo de sí para proteger a su querido pueblo y también para defender a la persona que más amaban en aquel mundo.
K'uk'ulkan y su amada Ix Chel se verán obligados a actuar luego de que se encontrara una máquina cap...
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Omnisciente
El sol estaba en su máximo punto, tocando la piel de todos los presentes y aumentando la llama de la batalla intensa que se llevaba a cabo en ese preciso instante, el océano Atlántico era testigo de una de las luchas más fieras que había podido presenciar jamás, los Talokaniles y los Wakandianos estaban peleando unos contra otros sin descanso y piedad, Ix Chel se quedó de pie mirando desafiante a todos sus adversarios quienes parecían a punto de hacerse en sus pantalones al verla aparecer de aquella forma tan inusual frente a ellos después de creerla muerta, la reina de Talokan empuñaba su imponente lanza y sus cabellos remojados danzaban mágicamente con la brisa marina.
La mirada perla de la mujer heló la sangre de más de uno y fue aún peor cuando pronunció las primeras palabras que muchos de los presentes escuchaban salir de su boca
—¿Dónde está K'uk'ulkan?— cuestionó ella luego de dar una rápida vista al lugar y no hallar rastro alguno de su esposo; Attuma, su fiel guerrero dejó de lado a Okoye un momento. La guerrera wakandiana cayó al suelo por el golpe masivo que el talokanile le había propinado con tal de alejarla para poder acercarse a su reina para proporcionarle la información que solicitaba.
—Ha sido llevado en una nave hace a penas nada, estaba luchando con una persona dentro de una horrible máquina y esa lo lanzó a uno de sus aviones junto a la princesa de Wakanda, se fue por ahí — explicó el talokani señalando la dirección por la que su líder había desaparecido dentro de aquel vehículo wakandiano dando dos golpes con su lanza
—Gracias Attuma— pronunció hacia su guerrero que asintió hacia la mujer y salió de nuevo a luchar contra la ex Dora Milaje quien se encontraba de nuevo lista para la batalla. Alguien lanzó en ese instante un arma en contra de la reina de Talokan, ella la esquivó sin dificultad y miró exasperada a los presentes.
—¡Wakandianos! Soy Ix Chel, la reina de Talokan… y hoy aquí, todo su pueblo va a pagar por la traición que cometieron hacia mi confianza y la de mi esposo… quiero saber donde está K'uk'ulkan ahora mismo y el por qué se lo llevaron— M'Baku retrocedió y se colocó al costado de Nakia quienes se pusieron en posición de pelea junto a unos cuántos guerreros afortunados que no habían caído del barco. La mujer empuñó con fuerza su lanza y la golpeó contra el inestable suelo de vibranium provocando una onda vibratoria en el metal que hizo que la mayoría cayese de rodillas al piso por la intensidad del movimiento. Al saber que no obtendría respuesta ella las buscaría por si misma, así que se dio la vuelta lista para lanzarse al océano en busca de K'uk'ulkan, sabía que no tenía de qué preocuparse por su pueblo, pues ya estaban desmantelando aquel barco con suma facilidad.
—¡Shuri!— Nakia comenzó a hablar en Xhosa a través de su comunicador intentando ser escuchada por la princesa que en ese preciso instante estaba peleando con el rey de Talokan quien no daba ni un brazo a torcer, proporcionándole golpes que jamás iba a olvidar en su vida… si es que salía viva— ¡Shuri! Tienes que acabar esto rápido, ella sigue viva, su esposa… la reina de Talokan sigue viva, ¡Apúrate!— chillaba ella apretando su comunicador, aferrando en sus manos sus discos para la pelea, dispuesta a dar su vida por Wakanda si así era requerido.
