Mi mamá es un Vaporeon

3. Papá, ¿Qué acabas de hacerle a Aqua?

    
     Norian se sentía bastante feliz de estar en el bachillerato.  Sabía que conocería gente nueva, otras mentalidades, y más que eso, aprendería más acerca de los pokémon.  Su padre le ha ayudado en la mayoría de lo que sabe, pero quería aprender aún más; su hambre de conocimiento era basta.
— Hey Norian. — Clyde se acerca a su amigo, sentándose en el pupitre a lado de él. — ¿Qué te parece si saliendo de la escuela nos vamos a los videojuegos?
— Apenas es el primer día, ¿Y ya piensas en irte a jugar?.
— Es que si no voy. — se detiene un momento para hacer como que tiembla. — Me da el síndrome de abstinencia.
— Creo que eso solamente llega a ocurrir después de varios días sin jugar.  No creo que llegue a pasar nada si esta vez te enfocas mejor en estudiar.
— ¿Por qué eres así conmigo?

     La conversación fue interrumpida abruptamente por el sonido del profesor entrando al aula de clases, lo cual provocó que todos los alumnos se fueran a sus respectivos lugares, dando así lugar a la primer clase del día.  Norian antes de poner atención a esta misma, se dispuso a mirar a través de la ventana, logrando ver a Aqua alejándose lentamente de la institución, regresándose por donde vinieron.

     En el transcurso del camino a casa, Aqua se detuvo un momento en el parque para  pasear un rato alrededor de éste.  Se puso a observar a toda la gente que se encontraba a su alrededor.  Habían muchas familias como era de costumbre, los entrenadores jugando con sus pokémon, algunos más jugando entre si, varios infantes divirtiéndose, todos reían y jugaban entre sí.  Por ahí vio a un Charizar siendo montado por un niño.
     Todo eso la llenó de nostalgia y se puso a pensar, ¿Qué sería de su vida si le dijera a Norian la verdad? ¿Sería aceptada tal y como es o su propio hijo la rechazaría? Gilbert se había enamorado de ella y ella de él, se dejó llevar por sus sentimientos y producto de eso nació un bebé, eso a nadie debería de molestarle, nadie debería de sentír vergüenza de demostrar el amor que siente, pero, había entendido que la sociedad siempre teme lo que no entiende, y ahora, a más de 15 años de ocurrido aquel suceso quizás no haya cambiado nada, aún así, ya no quería ocultarlo más.  Enseguida Aqua salió corriendo hacia su casa para contarle su plan a Gilbert.

     Mientras tanto, en el bachillerato, las clases transcurrían con normalidad, hasta que se pudo dar un breve descanso que les permitió ir a comer, por lo cual Norian no perdió el tiempo y se dirigió hacia el comedor, no sin antes pasar por el tablón de anuncios y leer algunos de los que se encontraban en el lugar, llamándole la atención uno en especial.
— Equipo de atletismo. — lee en voz baja. — Suena interesante.
— ¿Piensas unirte a algún club? — dice su amigo Will acercándose a él. — Apenas es el primer día de clases.
— Por eso. — contesta Norian. — Desde inicios de curso los clubes buscan nuevos miembros, si me postulo temprano a uno las posibilidades de entrar son mayores
— Si que piensas en todo ¿Eh?
— Me gusta tener las cosas en orden.
— Bien, entonces. — le pasa el brazo por detrás del cuello de Norian y lo abraza. — Te acompañaré en lo que sea que vayas a elegir, pero,tu acompáñame ahorita mismo a comer.

     En la cafetería se encontraba la mayoría de los alumnos, ya que algunos más preferían comer en otros lugares de la escuela, parte de ellos eran Norian y sus amigos, quienes disfrutaban de sus alimentos en el patio trasero del bachiller, a lado del campo de atletismo, donde se encontraba un enorme árbol el cual los proveía de sombra fresca.
     Mientras comían, un Caterpie bajó de aquel enorme árbol en dirección a los jóvenes, puesto que fue atraído por el olor de los alimentos, posándose a un lado de ellos.  Clyde quién sabía de las intenciones del pokémon, le da un par de bayas frambu que llevaba consigo.
— ¿Ustedes alguna vez han intentado probar la comida pokémon? — pregunta Clyde.
— ¿Te refieres a cosas como las bayas que le estas dando a ese Caterpie? — dice Will.
— No, las bayas cualquiera se las puede comer porque son simples frutas, ya o me refiero a cosas como los cubos, los poffins, o también esas croquetas que tanto les gusta comer.
— Saben ricas. — contesta Norian luego de dar un bocado a su sándwich.