17. El nuevo plan del Equipo Rocket.

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     Poco tiempo después de que se hayan marchado los padres de Gilbert; Norian y sus amigos se encaminaba ahora si hacia el cine.  Norian tomaba en sus manos la medalla que su abuelo le había entregado momentos antes, colgando de la cadena que se amarró a su cuello, a pesar de no haber sabido nada de sus abuelos hasta ese momento, siempre se había imaginado como eran y el por qué su padre nunca le había platicado nada de ellos, y ahora que ya había obtenido su explicación se sentía un poco más feliz de haberlos conocido.
     —¿Entonces?— La voz de Will devuelve a la realidad a Norian.
     —¿Ah? ¿Entonces que?— Pregunta confundido.
     —¿Qué dulces vas a querer?

    Apenas raeccionó, se dio cuenta de que se encontraba en el área de comida del cine, frente al mostrador a punto de pedir.
     —Ah si, unas palomitas.
     —No tienes remedio tú.— Clyde suelta una leve risa antes de volverse hacia al mostrador a seguir pidiendo las botanas.

     La película transcurrió con normalidad, saliendo fueron a jugar a un salón de juegos y seguido cada uno se fue para su casa, Norian despidió a sus amigos en la parada de autobús, seguido de eso se fue caminando de regreso a su casa.
     El camino de regreso no era largo, pero al pasar por un parque decidió detenerse en aquel lugar y sentarse en una banca mirando un pequeño estanque, quería disfrutar de un momento de relajación, sus amigos y su familia tenía razón, últimamente ha estado entrenando demasiado y no ha tenido siquiera tiempo para sí mismo.
     —Los lugares así también suelen relajarme a mi.— Se escuchó la suave voz de un hombre, al voltear a ver se dio cuenta de que era su abuelo Alex, quien se sentó a su lado.
     —Abuelo.— Susurra suavemente. —No esperaba verte por aquí.
     —Vine a dar un paseo, no conozco mucho la ciudad y quería ver los alrededores.
     —Me dijeron que venían de Butter Town ¿Cierto?
     —Así es.— Le dedica una leve sonrisa antes de voltear su mirada al frente. —Mi mujer y yo criamos a Gilbert en aquel pueblo durante mucho tiempo, rara vez salíamos de ahí.  Pero, un día tu padre nos dijo que quería convertirse en un cuidador pokémon, quería explorar la región, nosotros vimos las ganas que tenía a la hora de decirnos, y a pesar de que nosotros estabamos algo inseguros al final aceptamos, sin perder el tiempo salió de casa enseguida para poder viajar.
     —Ya veo, ahí fue cuando todo cambió.

     Alex asintió.
     —Queríamos evitar a toda costa ser la burla del pueblo, porque nunca antes se había sabido de las relaciones entre un humano y un pokémon.  De cierta manera logramos que la información no se difundiera y el pueblo creyó que tu padre salió del pueblo para estudiar en la ciudad.
     —Cuando yo me enteré de lo que era, tampoco lo tomé bien al inicio.— Norian agachó la mirada. —Me sentía como un monstruo, y que si la gente se enteraba de mi origen pensarían lo mismo de mí.  Luego me dí cuenta de todo lo que se han tenido que esforzar mis padres para poder ocultarme la verdad, de una u otra forma su secreto impedía que pudieran ser como realmente son enfrente de mí.
     —Entiendo, te hacia sentir diferente.
     —Así es.— Prosiguió. —Luego tuve que revelarle mi secreto a mis amigos, porque lo crea o no, ellos me han apoyado desde siempre y tenía que tener la confianza de contarles, lo tomaron realmente bien. —Suelta una leve risa al recordar la reacción de sus amigos. —Además Anna, también ha sido muy linda conmigo, de no ser por ella creo que no había podido revelar mi potencial, luego de que la secuestraran pude sacar mi fuerza y parte de mi potencial para poder rescatarla.
     —Vaya, al pacerer has logrado hacer muy buenos amigos.
     —Si, la verdad es que si, y me siento realmente agradecido por ello.

     Seguido de aquella plática ambos se levantaron, se despidieron y se fueron a lados contrarios, cada quien para su casa.

     Mientras tanto en la casa de Norian, Aqua se mostraba bastante preocupada a la hora de preparar la comida, algo que Gilbert había notado.
     —Mi cielo, ¿Qué tienes?— Dijo Gilbert. —Desde que se fueron mis padres te veo como si estuvieras fuera de este mundo.
     —No sé amor, he estado pensando un poco.
     —¿Sobre qué?
     —La aparición de tus padres, me tiene intranquila.— Aqua tuerce un poco la boca. —Cuando llegaron ellos me dieron un mal presentimientos.
     —Oh, cariño.— Gilbert fue a abrazar a su amada. —¿Qué te hace pensar eso? Quizás estás exagerando un poco.
     —Amor, hace muchos años prácticamente odiaban a nuestro hijo, ¿Y ahora aparecen como si nada y ya lo aman?
     —La gente puede cambiar amor.
     —No se, no siento que hayan sido completamente sinceros.
     —Mira.— Gilbert la toma suavemente del rostro y la mira a los ojos. —Mientras yo esté aquí no voy a permitir que nada ni nadie te dañe a ti y a nuestro hijo, porque ustedes dos son mi vida.
     —Gilbert.— Susurró Aqua.

Mi mamá es un VaporeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora