5. La decisión de Norian

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El día se encontraba parcialmente nublado, los tenues rayos del Sol apenas traspasaban las nubes que se movían suavemente con el viento. La temperatura era bastante disfrutable, el calor del verano se iba, anunciando que pronto llegaría el otoño. El viento soplaba, moviendo las hojas de los árboles, al igual que provocaba ondas en el agua del lago, aquel lago tan transparente que se podía ver verfectamente cómo los Magikarp en convivencia con unos cuantos Slowpoke. De aquel mismo lugar se acercaban a beber los Phanpy y Dolphan en manadas. Aquella tranquilidad se podía disfrutar, digna de una excursión con un día de camp de por medio.
-¡Kyaa!- Se escuchó aquel grito femenino que hizo volar a una parvada de Spearrows e hizo correr a la manada a aquellos pokémon que se encontraban bebiendo. -¡Ahhh!- Éste más que grito sonaba como un gemido, un gemido de placer que resonaba en toda el área.

Aquel lugar que usualmente se encuentra deshabitado veía esa tranquilidad ser opacada por los sonidos de la intimidad, del placer y el deseo de dos seres que se aman, nos referimos a Gilbert y Aqua, quien estaban aprovechando que nadie se encontraba en los alrededores para entregarse el uno al otro, en el acto del placer sexual, aquellos gemidos que tanto habían asustado a los pokémon salían de la boca de la Vaporeon.
-A-Amor...- Decía con la voz temblorosa y entrecortada. -Alguien podría vernos.- La pena en el rostro de ella se podía apreciar, puesto que sus mejillas se tornaron de aquel tono rojizo que tanto le encantaba a su amado.
-Nadie vendrá mi vida.- Respondía Gilbert con ese tono de lujuría que hacía que Aqua se volviera loca.

Gilbert mantenía a Aqua recostada boca arriba mientras que hacía que su miembro entrará una y otra vez en el interior de la Vaporeon, aquella posición que si bien no era de todo cómoda para ella, le permitía ver su rostro enrojecido y su sonrisa de placer, al igual que podía recibir el aire caliente que soplaba por su boca cada vez que respiraba. El ritmo de las penetraciones por parte era suave y lento, disfrutando del momento íntimo y placentero que estaban pasando, sin embargo, la respiración de ambos se iba acelerando con el pasar del tiempo.
-GIl, n-no creo que... Pueda resistir mucho más.- Se notaba a Aqua que le costaba hablar, puesto que cada que lo hacía el tono de su voz disminuía, por lo cual, optó por cerrar los ojos para concentrarse. -¡Hidratación!- Grito mientras su cuerpo soltó un pequeño destello, al igual que su piel se empezó a humedecer, recuperando rápidamente su capacidad física. Aquel aporte extra de energía fue el detonante de que su lujuría saliera más a la luz y su timidez se disipara.
-¡Woa!- Exclamó Gilbert al sentir como Aqua lo volteaba contra el césped, subiendo sobre su cuerpo.
-¡Ahora si!- Dijo Aqua. -Te haré sentir realmente bien.- Enseguida se dispuso a lamer el cuello de Gilbert, procurando ponerle atención especial en los puntos débiles de éste, quien no pudo evitar jadear de placer.
Aqua sabía que no tenía tanta capacidad e imaginación de hacerle muchas cosas al hombre que ama, por eso procuraba hacerlo lo mejor posible, y al parecer lo estaba logrando al recorrer cada parte del tórax de él son su lengua disfrutando también, prueba de ello era que la aleta alrededor de su cuello se ponía a vibrar de la emoción. No pasó mucho tiempo para llegar al miembro de Gilbert, con la intención de hacerle una felación, paso un par de veces su lengua por sobre de este, haciendo gemir a hombre.
-A-Aqua...- Susurró suavemente Gilbert tras el placer recibido.
-Espero que te esté gustando.- Dijo mientras se acomodaba con la intención de sentarse sobre el miembro de él haciendo seguido esto para que vuelva a entrar en ella, soltando un fuerte gemido. -¡Aaahhh! ¡Me encanta!.

Una vez dentro, hizo movimientos hacia arriba y hacia abajo, con gran habilidad intentando brindar y recibir el mayor placer posible, todo mientras su mirada se encontraba con la de un Gilbert bastante sonrojado quien busco los labios de ella para poder besarla de una manera apasionada, juntando su lengua con la de ella que bailaban al compás de un vals imaginario mientras la sostenía suavemente del torso para que le fuera más cómodo moverse sobre de él.
Esa sensación de placer que tenían ambos los conectaba cada vez más, desde antes habían tenido mucho sexo, y cada ocasión siempre era mejor que la anterior. En esos momentos, desquitaban la frustración y la presión del día a día, quitándose esas ganas que se tenían uno de otro desde hacía varias semanas que lo habían hecho.
Sus cuerpos se sentían bastante mojados,en parte por el agua que Aqua expelía a través de su cuerpo y por otro lado estaba el sudor de Gilbert que se encontraba notablemente cansado, pero con ganas de seguir manteniéndose el ritmo.
-G-Gil... Ya voy a acabar.- Anunciaba Aqua entre gemidos.
-¡Hazlo! ¡Hazlo conmigo!.
-¡Kyaaaaa!.- Se escuchó de nuevo el quejido de ella, el cual se perdió en el bosque.

Mi mamá es un VaporeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora