14. Al rescate de Anna.

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     Al salir de el gimnasio, Norian se encontró a Anna amarrada y amordazada dentro de una jaula mientras era jalada por un cable de acero conectado a un enorme dirigible en forma de Leafeon el cual comenzaba a elevarse por los aires, alejándose rápidamente, la chica lo miraba muy aterrada mientra intentaba moverse y quitarse la mordaza moviendo la cabeza de un lado hacia el otro.
     —¡Rayos!— Norian maldecia no ser un entrenador pokémon en ese momento, pero, no se iba a quedar sin hacer nada. Sin dudarlo ni un segundo corrió hacia su amiga para intentar rescatarla, lo cual no iba a ser una tarea fácil, puesto que aquella jaula comenzaba a elevarse.

     El cuerpo de Norian de nuevo comenzó a brillar mientras su velocidad aumentaba y poco a poco iba alcanzando a los captores de su amiga, extendiendo la mano y antes de que fuera más tarde dio un gran salto que le permitió colgarse de la parte baja de la jaula, todo esto estaba siendo observado a través de las ventanas de el gimnasio por todos los alumnos quienes miraban asombrados la habilidad que había tenido el chico de saltar hasta dos metros.
     Se sortuvo lo más fuerte que pudo, mientras intentaba aferrarse con su otra mano para mejorar su agarre, las corrientes de aire no le ayudaban y parecía que intentaban derribarlo, pero después de dos intentos logró sostenerse con ambas manos.
     Dentro del dirigible Diana manejaba hábilmente el timón con una gran sonrisa en el rostro y una risa malvada saliendo desde el fondo de su garganta.
     —¿Puedes dejar de hacer ese alboroto?— Dijo Nadia bastante enfadada. —Suenas como villano de película de agentes secretos de baja calidad.
     —Tú necesitas dejarme ser por un día.— Diana volteo mientras juntaba sus labios haciendo un puchero.
     —Siempre te dejo de ser lo idiota que siempre eres.
     —¡Repite eso!— Diana se gira completamente contra su hermana y junta su frente con la de ella de manera retadora mientras ambas aprietan los dientes.

     Un fuerte golpe sonó dentro del dirigible, cosa que no pasó desapercibida para las chicas quienes después de poner el piloto automático fueron a ver que es lo que ocurría, saliendo del centro de controles hacia un largo pasillo que tenía algunas puertas que llevaban a distintas habitaciones y, en el fondo una escotilla que la hacía de salida de emergencia.
     —Creo que solamente fue nuestra imaginación.— Dijo Diana.
     —¿Acaso tienes miedo?— Pregunta Nadia de manera burlona.
     —¿¡Q-Qué!?— Diana dio un paso hacia atrás con un leve rubor en las mejillas y una mueca de sorpresa. —¡No se de qué estás hablando.
     —Entonces ¿Por qué no quieres ir a revisar?
     —A ver, ve mejor a revisar tú. ¿O qué? No eras la mayor aquí?
     —Ah.— Nadia desvía la mirada ligeramente hacia arriba mientras rascaba su mentón con su dedo índice. —P-Por supuesto que soy la mayor y como tal te estoy diciendo que vayas a revisar.
     —Mira, para ya no estar peleando, vamos las dos.
     —Mmmm... Bueno.- Diana acepta a regañadientes.

     Ambas chicas salen hacia el pasillo, temblando como esquimales muriéndose de frío, Nadia se encontraba delante y Diana siguiéndola muy de cerca perfectamente escondida detrás de ella, como si estuviera usándola de escudo contra lo que fuera que haya ahí.
     Otro fuerte golpe las hizo saltar del susto, soltando un fuerte grito digno de una película de terror, pero eso no evito que fueran juntas a ver dentro de una habitación llena de cajas de madera, encendieron la luz y luego de una exhaustiva búsqueda no encontraron nada.
     —Creo que solamente fue nues...

     No pudo terminar su frase, aquel dirigible había dado una vuelta brusca que hizo que toda la habitación se moviera, las chicas cayeron junto con varias cajas que la casi llegaron a aplastarlas, algunas de ellas se abrieron y tiraron algunas herramientas.
     —¡Ay! ¡Eso dolio!— Nadia se quejaba mientras se quitaba algunas cosas de encima y se arrastraba por la habitación para salir de ella.
     —¡Espera! ¡No me dejes!— Diana seguía como podía a su hermana, también arrastrándose hacia afuera de la habitación.

Mi mamá es un VaporeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora