Mi mamá es un Vaporeon

13. El miedo de ser un mutante y la exposición escolar.

     Norian se encontraba caminando solo por la escuela como suele hacerlo últimamente, ésta vez sus compañeros no dicen nada de él, de hecho, no dicen absolutamente nada, se encontraban completamente en silencio, mirándose los unos a los otros, lo único que lograba soñar por el pasillo eran las pisadas del chico que lo recorría.  Esto lo noto el mismo Norian al momento de ver que todos voltearon a verlo al mismo tiempo, todos en silencio, era bastante extraño, ninguno de ellos parpadeaba, parecía como si estuviesen hipnotizados, y así, todos al mismo tiempo comenzaron a señalar al chico.
     —¿Qué?— Preguntó Norian mientras volteaba a ver hacia todos lados. —¿Qué quieren ahora?

     Nadie decía nada, solamente se limitaban a mirarlo y señalarlo, mientras que la expresión de miedo en el rostro de Norian no se dejaba esperar, quien desesperado corrió por el pasillo a través de decenas de alumnos que hacían lo mismo que los anteriores.  Aquel pasillo cada vez parecía ser más largo a medida que continuaba corriendo, Norian miraba hacia todos lados y parecía ver rostros que ya había visto momentos antes.
     De repente las voces de todos ellos comenzaron a sonar.  "¡Monstruo!" Decían todos al unisono, el eco resonaba en todo el lugar, rebotaba dentro de sus oídos, invadiendo completamente todo su ser.  Por fin lograba ver una puerta al final del pasillo, solamente quería terminar con el ruido de sus compañeros que lo trataban mal sin motivo alguno, se tapó los oído para escuchar lo menos posible hasta que llegó a dicha puerta y pudo atravesarla.
     Justo entró a una habitación completamente oscura, su respiración estaba agitada y se trataba de relajar un poco, volteó hacia atrás y vio que la puerta había desaparecido, aquello se le hizo bastante extraño, sin embargo era el menor de sus problemas, al voltear de nuevo hacia el lado contrario se vio reflejado en un espejo enorme, y lo que vio le heló la sangre.  Su rostro estaba completamente cubierto de escamas azules y alrededor de su cuello creció una enorme gorguera blanca.
     —¿Qué me está pasando?— Tocó su cara, sus manos temblaban, miró estas mismas y entre sus dedos tenía aletas.  Un sonido detrás de él lo hizo voltear y notó que le había crecido una cola y aletas escamosa en la espalda. —¡No! ¡No puede ser! ¡Esto no me esta pasando!— Gritó con todas sus fuerzas, se agarró fuertemente la cabeza y cerró fuerte los ojos a punto de soltar un fuerte grito.

     —¡N-Norian!— Escuchó la voz de Anna lo cual le hizo abrir los ojos y ver que se encontraba en la habitación de su amiga, en una cama ubicada delante de la de la chica.  Al parecer todo había sido una pesadilla.
     —¿Anna?— Preguntó Norian, mirando hacia todos lados, reconociendo donde se encontraba mientras su respiración se escuchaba agitada. —E-Estoy en tu casa.
     —N-No dejabas de moverte muy extraño.— La mirada de preocupación de Anna era notable. —C-Creí que estabas teniendo una pesadilla.

     Norian miró por un momento a Anna mientras se tranquilizaba, seguido de eso se sentó en la cama, respirando hondo.
     —Lamento si hice que te preocuparas.
     —T-Todo esta bien.— Anna le sonríe aliviada a su amigo al verlo más tranquilo. —Me alegra que no haya sido nada.
     —Fue muy extraño Anna.— Baja un poco la mirada, viendo sus manos. —Soñaba que me encontraba en la escuela, todos los alumnos me miraban y me llamaban "monstruo"— Suelta un largo suspiro. —Siento que ahora la gente me mira de esa manera.
     —No digas eso.— Se susurra a sí misma.
     —¿Qué dijiste?
     —D-Digo que...— Anna se sienta en la orilla de la cama, acomodándose el camisón que llevaba puesto. —No eres para nada un monstruo, solamente eres un poco diferente.
     —Al parecer eres de la pocas personas que opinan eso, los demás simplemente se limitan a evitarme, intento no darle importancia, pero la verdad es que si me importa.
     —Ya verás que su opinión pronto va a cambiar.  Ellos se darán cuenta que nunca has dejado de ser el chico increíble que siempre han conocido.
    
     Norian suelta una pequeña risa.
     —Muchas gracias Anna.