16.- En otra vida.

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-¡Jamia llegó, tienes que venir a esperarla en el altar ahora! -Escuché la voz de mi madre llena de júbilo despertarme de mi sueño profundo.

¿Era esto un sueño? ¿A caso ya había muerto u algo parecido?

Me levanté algo sobresaltado, asustado y me miré al espejo. Había vuelto a ser el mismo Frank joven de hacía años atrás, estaba confundido, la última vez que me había mirado al espejo era un anciano y ahora había despertado repentinamente, era el día mi boda y mi madre me tomaba por la mano haciendo que la siguiese, técnicamente me estaba llevando a rastras camino al altar ya que yo aún seguía desorientado, aturdido, claramente tenía mi mente en otro sitio.

Aun al llegar al altar no lograba salir de mis pensamientos, aun no lograba entender de qué se trataba todo esto, vi a mi esposa caminar hacia mí y sonreír, justo como.. ¡Esto ya lo habia visto, esto ya lo había vivido antes!

¿Estaba teniendo una especie de déjà vu?

Y por más que intentase sonreír mientras la veía acercarse al altar tomada del brazo de su padre no lograba hacerlo, estoy confundido y quiero saber que es lo que está pasando.

Ella al fin llegó a mí y me tomó de ambas manos tal y como lo había hecho aquella vez, lo sabía porqué tuve esa sensación de familiaridad en cuanto nuestras manos se tocaron, ¡Esto era tan jodidamente extraño!

-¿Frank Iero, acepta usted a Jamia Nestor como su legítima esposa, para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe? -Preguntó aquel sacerdote sacándome de mis pensamientos.

Entonces una vez más la miré, la miré pero esta vez la miré a los ojos, ahora que estaba frente a mí lucía mucho más hermosa, ella estaba contenta y no paraba de sonreírme.

Realmente no sabía si esto era un suaño o si lo que recordaba cuando desperté aquí lo era pero estaba casi seguro de que esto no podía ser real, es que estaba tan seguro de que ya había vivido esto, y tengo recuerdos de toda una vida hecha junto a la mujer frente a mí, recuerdos de toda una vida de dedicación a mis.. ¿Hijos?

Una vida marcada por una gran y exitosa carrera, pero sobre todo recordaba algo en especial, algo que nunca había logrado sacar de mi mente, recordaba una vida sin Gerard, una vida que a pesar de haber hecho lo posible porqué fuera tranquila estaba manchada por su ausencia, la ausencia del amor de su vida, la que había sido la causa de mi tristeza, esa que había llevado conmigo por tanto tiempo, esa que había sido mi carga. Después de él había llevado aquel dolor conmigo toda la vida muy dentro de mí, en mi pecho.

¿O tal vez, todo aquello no había sido más que un sueño? No lo sabía, esto era tan jodidamente confuso, no mentiré.. Estoy algo asustado porqué se siente tan malditamente real.. ¡Quizá finalmente había enloquecido!

¿Podría estar la vida dándome una segjnda oportunidad para ser feliz? Tampoco lo sabía, ahora estaba teniendo la opción de decir que si, tal como lo había hecho antes y terminar saliendo "felizmente" casado de esta iglesia junto a Jamia pero ya sabía que era lo que me esperaba, había visto mi vida o, eso creo..

Y es que esto es algo que realmente yo nunca quise hacer, realmente nunca quise casarme, no con ella. Solo temía estar solo porqué pensé que Gerard jamás se atrevería a nada conmigo, pero ahora que sé o que creo saber lo que él pensaba en aquel entonces, bueno, ¡En este entonces! ya que había memorizadocada una de sus cartas luego de haberlas leido una y otra vez durante años.

Ahora que sabía que era lo que me esperaba, una familia, una carrera, una vida tranquila siendo la tipica familia feliz americana, solo podía preguntarme una cosa;

¿Valdría la pena hacer esto una vez más?

¿O lo dejaría todo por averiguar si lo que decían aquellas cartas de amor era real y Gerard se sentía de la misma manera, si él realmente había estado dispuesto a huir conmigo desde hace tiempo en este entonces?

1979 || Frerard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora