9.- La Vie En Rose

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Con el sol golpeando su rostro Frank despertó la mañana siguiente y para su sorpresa Gerard no estaba junto a él, ni en ningún lugar de la habitación.

Con un tanto de preocupación por lo acontecido la noche anterior, rápidamente logró ducharse y vestirse en diez minutos y subiendo al ascensor bajó hasta el vestíbulo donde logró al fin ver a Gerard atravesar el portal de la puerta principal cuando estaba a punto de preguntarle al gerente si le había visto por algún lado.

-¡Gee, no te vi cuando me levanté y estaba preocupado! ¿Dónde estabas?

-Solo por ahí, meditando.

-¿Se puede saber en qué?- sonrió de lado.

-En que me gustaría invitarte a salir.

-¿Salir, a donde?- preguntó Frank esbozando una pequeña risita.

-No lo sé, tenias razón.. Todo este tiempo aquí hemos estado tan encerrados en este hotel y hoy solo quería pasar absolutamente todo el día fuera de esas paredes.

-Sabes que no me molesta, si estoy contigo todo siempre va a ser perfecto, sabes bien que soy feliz estando en una habitación a solas contigo..- sus ojos brillaron mientras sonreía un poco.

Gerard le observó y sonrió de igual manera. -Me gustaría invitarte a salir, creo que lo merecemos. Después de todo estás loco, me seguiste hasta aquí.

-Hablas de algo como.. ¿Una cita?

Gerard asintió en respuesta a la pregunta del avellana quien sonrió enseguida.

-¿Nos vamos?- Preguntó Gerard señalando muy cortésmente la salida con su propia mano.

Frank asintió y saliendo del hotel como todo un caballero Gerard se le adelantó al ballet para abrir la puerta del auto a Frank.

Gesto al cual este sonrió con agrado girando un poco los ojos.

Ambos subieron al auto, Gerard conducía, conducía lento, él no tenía prisa.

-¿A dónde vamos?-Preguntó Frank.

-No lo sé, esperaba que tú me lo dijeras.- le observó.

-Pero, no conozco nada aquí..- argumentó Frank.

-Solo di algo que quieras hacer, yo haré lo que esté en mis manos.- propuso.

-Bien, tal vez a un.. ¿desayuno romántico en un lujoso restaurante u algo así?- propuso soltando una risita burlona.

-No se diga más. Se a donde ir.- se dibujó una sonrisa en su rostro.

Al llegar a aquel restaurante enserio parecía ser lujoso u al menos para Frank quien no estaba acostumbrado a tanta ostentosidad y mucho menos venía vestido como para la ocasión. Se había vestido en 10 minutos y no traía más que un abrigo negro con capucha, unos jeans azules de corte alto y un par de converses. Por su parte Gerard llevaba un traje negro y su largo cabello castaño suelto que a ratos lograba cubrir su rostro.

-Gee, esto es demasiado, enserio. No hablaba enserio cuando te dije lo del restaurante. Deberíamos ir a cualquier otro lugar..

-Frankie..- se acercó a él. -Solo disfruta. Es nuestro último día en París y sabes que el dinero no es un problema, ¿Está bien?- le dijo regalándole una sonrisa mientras acariciaba un poco su rostro suavemente.- ahora vamos, entremos.- señaló.

Al entrar Gerard le acomodó la silla, besó su mano con un tanto de disimulo, le prestó especial atención al avellana quien mantenía en su rostro una constante sonrisa.

Gerard parecía estar dejando salir un poco más sus emociones y aunque era peligroso para ambos le encantó poder sentirse como una adolescente en una verdadera cita.

1979 || Frerard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora