4.- Camino de rosas.

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Transcurrió una semana desde aquella madrugada el día después del día de acción de gracias, los padres de Frank estaban a punto de emprender su camino a la reunión familiar y no volverían hasta inicios de enero igual que Lindsey lo cual para ellos era un golpe de suerte perfecto ya que sólo serían ellos dos sin presiones y sólo disfrutando el uno del otro.

—¿Segura que ya empacaste todo mamá?— preguntó Frank estando frente a la casa luego de ayudar a sus padres a llevar las maletas al auto.

—Claro, ya tenemos todo lo necesario, ¿seguro que estarás bien aquí sólo cariño?— interrogó

—Claro mamá tú quédate tranquila.. además no estaré del todo sólo.. el profesor estará conmigo.

—Pórtate bien, ya le dije al profesor que si necesitaban algo no dudará en llamarnos.

—Esta bien mamá, tengo 19 años no 10.

—Para mi siempre serás mi bebe..— apretó sus mejillas.

—¡Mamá, ya no hagas eso, nos están viendo!

—¿Te da vergüenza con las chicas no?

—No, sólo sube al auto mamá. Yo estaré bien, ya tenía un año viviendo solo antes de volver ¿o lo olvidaste?

—Lo sé pero me gusta que estés en casa y mimarte como mi bebe.—  le regaló una sonrisa. 

—Lo se.— le devolvió la sonrisa y la abrazo.

—Bien, cariño entonces nos vemos en enero.— ella subió al auto.

—¡Los llamaré en navidad, los amo!— vociferó despidiéndose de ellos y enseguida dirigiéndose a casa de Gerard luego de que el auto estuviera en marcha.

Entrando por la puerta de atrás paso al estudio donde se encontraba su hermoso profesor como siempre, haciendo lo que más amaba, leer, estudiar, escribir y llenarse de conocimientos pero sabía, estaba casi seguro de que había algo que le encantaba y le apasionaba más que eso ahora en esta etapa de su vida y era disfrutar de su compañía.

—Mis padres ya se fueron..— dijo Frank recostado desde el marco de  la puerta del estudio. Este le regaló una sonrisa y se levantó para tomarle por si cintura y besarle sin poder borrar la sonrisa de su rostro.

"Al fin sólo seremos tu y yo" pensó.

*

Así pasaron los días entre clases, juegos, sexo, mucho sexo y demostraciones de cariño que podían ser muy evidentes si cualquiera se fijase a detalle.

El reloj daba las 10:30 am, y Gerard se encontraba cortando algunas rosas de su jardín cuando Frank a penas se levantaba.

—Buenos días, dormilón. ¿No te parece que es algo tarde?— le observó agachado desde el jardín mientras tenía puesto un delantal, sombrero para el sol y en sus manos guantes y tijeras de jardín.

—No es tarde, tu te levantas muy temprano.— excusó bajando el porche de la casa hasta el jardín del frente para acercarse a Gerard con una sonrisa en su rostro, el aún estaba en pijama.— ¿Qué haces?— preguntó.

—Cuido mis flores y además corto las más bonitas.

—¿Por qué cortarías las más bonitas? ¿No se supone que debe ser al revés?

—No, porqué no voy a tirarlas, estas son para ti. Dicen que las rosas se ven aún más bonitas al lado de la persona que amas.. Me lo dijo mi madre cuando tenía ocho años..—  dijo terminando quitar las espinas de aquellas rosas para ponerse de pie y así extenderlas hacia Frank.

1979 || Frerard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora