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En estos momentos, el chileno se encontraba muy feliz, la razón era simple. Habían pasado dos semanas desde que llegó al departamento del alemán, su vida había cambiado bastante, no era obligado a absolutamente nada, podía ir de aquí para allá sin que le restringieran algo, además que hace pocos días había comenzado sus clases de la universidad, sentía que todo salía bien.

El alemán notó que el desempeño del latino en los estudios era de maravilla, aprendía bastante rápido, por lo que decidió darle un regalo, irían a visitar al inglés con el mexicano.

Eso simplemente alegró como nunca a Chile, ya extrañaba mucho a su hermano y no ha podido hablar con él desde la última vez...

La confianza que tenía con el europeo cada vez crecía, hasta podría considerarlo como un amigo cercano, aunque, viviendo con él, debía de establecer un vínculo.

(...)

(Hello boys! Welcome to my home, you can make yourself comfortable, my servant will attend you.) ¡Hello boys! Sean bienvenidos a mi hogar, pueden ponerse cómodos, mi sirviente los atenderá.—mencionó el inglés dejando entrar a ambos chicos.

El chileno al oír la palabra "sirviente", frunció el ceño algo disgustado, a lo que solo se adentró para buscar al mexicano.

Al entrar a la cocina, pudo encontrarse con el mexicano cocinando, al parecer una cena...

— ¡Mexi!—gritó el chileno, el nombrado se dió la vuelta para toparse con su hermano, quien estaba de brazos abiertos, no tardó en abalanzarse para abrazarlo...

— ¡Te extrañé mucho Chilito!—exclamó feliz.

— Yo también Mexi...—este acarició su cabello con cuidado, seguía siendo tan suave como lo recordaba.

— ¿Qué estás haciendo aquí?—preguntó extrañado.

— El señor Alemania me trajo, el está en la sala con ese tipo...—le explicó.

— Él...¿Hace cosas por ti?...

— Me ha ayudado mucho, me consiguió ropa y cosas.—mencionó mostrando su atuendo.— Mira, te traje para ti también...

El chileno solo le extendió una bolsa con algunas prendas, un cepillo de dientes y cabello, unas zapatillas y un shampoo.

— Gracias hermano...—este se sentía feliz de haber recibido algo.

— No hay por qué...ejem—este solo bajó la voz.— El señor Alemania nos ayudará a poder independizarnos de España, por ahora me tiene estudiando para conseguir un título, y tu serás el siguiente ¿Bien?

Este abrió su boca algo sorprendido...

— Ese wey me cayó bien mjmj

— A mi también...—respondió desviando su mirada con una media sonrisa.

Lo que el mexicano notó.

— ¿Te cae bien o ya le echaste el ojo?—preguntó pícaro.

— ¿¡Q-QUÉ!?—gritó avergonzado.

(What the fuck is going on with dinner!?) ¿¡Qué mierda ocurre con la cena!?—se escuchó la voz del estadounidense, interrumpiendo el momento.

Ambos hermanos se habían tensado, más el mexicano, a lo que rápidamente siguió con lo que hacía mientras el chileno le ayudaba en lo que pudiera, no quería que su hermanito fuera regañado.

Para cuando tuvieron todo listo, salieron al comedor para poder servir, dándose cuenta que ambos chicos estaban en la mesa, el rubio desinteresado mirando su celular, y el otro con una mirada curiosa al ver al chileno ayudando al mexicano.

Al terminar de servir, notaron que solo había tres platos, a lo que el chileno bufó molesto y no tardó en traer otro, sin importarle la mirada molesta del anglosajón.

Cenaron de manera silenciosa, ambos hermanos solo se concentraban en comer, aunque el mexicano estaba nervioso de ver al rubio con aquel control cerca a su mano, lo cual, el alemán notó. Por lo que decidió sacar algún tema de conversación para poder tranquilizar al mexicano.

Para cuando la cena finalizó, el alemán aprovechó de que el estadounidense había ido al baño para dirigirse al latino tricolor y ayudarlo a aflojar un poco el collar que traía, sabía que no podía quitárselo, pero al menos debía dejarlo respirar mejor.

Finalmente la hora de irse ya había llegado,  el chileno se despidió de su hermano con abrazo gigante, como si estuviera dándole fuerzas para poder aguantar unas semanas más ahí...

Para cuando aquel alemán y chileno se retiraron de la casa, el rubio solo observó con algo de fastidio a su "juguete"...este solo desvió la mirada nervioso.

(You were lucky, the dinner was a success, but you know... the slightest mistake you make, and I will put this to daily use.) Tuviste suerte, la cena fue un éxito, pero que sepas...mínimo error que cometes, y le daré un uso diario a esto.—este solo señaló aquel control para su collar.

— Si señor...

(Clean the table, and then you can go to your room.) Limpia la mesa, ya después puedes largarte a tu cuarto.

(...)

En cuanto a los otros chicos, apenas llegaron, el alemán le indicó al chileno que fuera a prepararse para dormir, pues sus clases iniciaban temprano, tal como un colegio, a lo que el latino solo acató lo pedido.

Al estar listo para dormir, se asomó discretamente en el marco de la puerta del baño, notando como su acompañante se lavaba los colmillos para también irse a dormir...

Pero su presencia fue vista en segundos.

(Stimmt etwas nicht mit Chile?...) ¿Pasa algo Chile?...—preguntó Ale.

— Yo...¿Puedo dormir con usted? Creo que quiero sentirme acompañado después de ver a Mexi...—pidió de manera algo vergonzosa.

El alemán fue muy bueno en ocultar el leve sonrojo de sus mejillas, no se esperaba aquella petición, pero tampoco era quien para negarse.

(Sicher. Folge mir.) Claro...sígueme.

Apagaron las luces del departamento, y ambos se dirigieron a la habitación del dueño de este, el chileno fue el primero en recostarse ya que Ale debía de levantarse más temprano así que debía dormir a la orilla.

Se cubrieron con las mantas y apagaron la luz.

(Rest Chile...) Descansa Chile...

— Usted igual...

No pasaron muchos minutos para que el pelinegro se acercara levemente para intentar abrazarlo, también quería compañía después de todo, pero le sorprendió que el chileno se apegara para corresponder...ya podía sentir un vínculo de confianza.

Ambos durmieron abrazados esa noche.

⋆❝𝑩𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑳𝒊𝒃𝒆𝒓𝒕𝒂𝒅❞⋆✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora