⋆❝𝑩𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑳𝒊𝒃𝒆𝒓𝒕𝒂𝒅❞⋆✔︎

⊰⊹09⊹⊱

Cada día indicaba que quedaba cada vez menos para que el chileno se devolviera a aquel horrible lugar, lo cual ponía bastante nervioso al de estrella, aunque el alemán siempre se esforzaba en tranquilizarlo o distraerlo con alguna cosa...lo cual funcionaba, pero no quitaba del todo aquel subconsciente.

Desde aquella noche ya no lograban verse de la misma manera, el alemán sentía que cada día veía al chileno con otros ojos, lo veía más lindo que otros días, sentía que caía en la tentación y le hacía caso a su corazón...

El chileno tenía el mismo problema, no veía al alemán como un amigo, no como los amigos que ha logrado tener, lo veía distinto...lo cual lo confundía, no sabía que era lo que sentía...no conocía otro sentimiento que no fuera odio, envidia y desagrado (según lo que ha visto en esa feria)...apenas conocía el afecto gracias al que le brindaba su hermano y viceversa.

Tampoco es como si el europeo cooperara mucho en ello, varias veces lo besaba en su mejilla para darle las buenas noches, y lo peor ¡Se dejaba! ¡Le gustaba que hiciera eso!

Nunca estuvo tan confundido...

Y no dudó en investigar, hace poco había comenzado sus talleres de biología, y aún no le hablaban de aquellas cosas...

¿Por qué no investigar por su cuenta?

Este se sentó en la mesa del comedor aprovechando que el alemán estaba en el trabajo y no volvería hasta la tarde, se fue al buscador...solo tecleo formando la pregunta.

"¿Qué es enamorarse?"

Para muchos les será una pregunta tonta, pero vamos, entendamos a alguien que no sabe de ese tema, todos alguna vez nos preguntamos qué eran esas "Mariposas en el estómago", ahora Chile se lo preguntaba.

Este al presionar Enter, simplemente le llovieron distintas páginas donde hablaba de ese tema, a lo que emocionado por aprender pinchó cualquiera de ellos...

Estuvo leyendo toda la tarde...

Que ni siquiera sintió el ruido de la puerta siendo abierta por el alemán.

— (Äh, Chile? Was machst du?...) Ehh ¿Chile? ¿Qué haces?...—preguntó con cierta curiosidad el de ojos esmeralda, a lo que el chileno del susto cerró la laptop de golpe.

— ¡A-ah! Alemania...solo, buscaba...información de la universidad ehe.—explicó relajándose, sonando creíble.

— (Oh, okay...ich mache Abendessen, okay? Bleib nicht zu lange auf dem Bildschirm, sonst hast du wie ich eine Brille) Ouh, está bien...yo, prepararé la cena ¿Bien? No te quedes mucho tiempo en la pantalla o acabarás con lentes como yo.—comentó con gracia palmeando su hombro y se dirigió a la cocina.

— Si señor...

Al cabo de una hora, ya ambos se encontraban cenando, cada uno estaba metido en su mundo, el alemán maldiciendo a media compañía de su trabajo por mandarle tanto papeleo, y el chileno pensando en sobre lo que había leído, se sentía mucho más tranquilo de saber más sobre aquel tema tan particular...

Aunque no faltó alguna que otra platica sobre el trabajo de Ale o los estudios del chileno, solo le faltaban unos meses más para poder obtener su título.

Cuando acabaron la cena, solo limpiaron para poder prepararse para dormir, cada uno en sí habitación y luego se turnaban para utilizar el baño. Una vez listos, fueron a la habitación del alemán para poder recostarse y cubrirse con las mantas, como acostumbraban, se acomodaron entre los brazos del otro, no lo veían como algo "romántico", simplemente lo veían como una estrategia para obtener compañía y calor corporal.

— (Guten natch mein Chile...) Buenas noches...mein Chile.

— *bostezo* Descansa Ale...

(...)

Ya faltaban tan solo días para regresar, a diferencia del chileno, el mexicano se sentía aliviado de poder liberarse de aquellas garras del rubio...se sentía peor viviendo en esa mansión que cuando vivía con su hermano, sinceramente podía aguantar más los insultos de España a los varillazos del estadounidense.

Este solo se concentraban en obedecerle a Usa en lo que podía, ya que luego podría largarse de ahí, y esperaba que no volviera a arrendarlo, ya que juraba que sería más cascarrabias con él.

Además, volvería a ver a su hermano, que mejor que esa esperanza, ya no estaría solo, y sabía que el chileno también deseaba verlo, por las pocas veces que lograba recibir alguna llamada de él, aquello lo mantenía tranquilo.

Solo, había que esperar...

Era lo único que quedaba por hacer...