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El español sonrió satisfecho al ver que su "mascota" estaba cooperando, a ningún chico de aquel lugar le convenía desobedecerlo.

Usa no le vió importancia a aquella pequeña escena, más bien comenzó a fijarse en el individuo junto al chileno que había despertado exaltado, este...estaba en las mismas prendas que su hermano, y poseía unas bellísimas alas de águila...algo descuidadas, pero no quitaban lo bellas que eran...

— Hmm...—este sonrió ligeramente al verlo con detalle, al parecer estaba eligiéndolo...

(My dear Spain...I want to lease the boy with the wings) Mi querido España...deseo arrendarle al chico de las alas.—pidió.

— ¿Nueva España...? Oh, siento decirle mi querido Usa que ambos están en promoción, debéis llevarlos a los dos, o a ninguno.—le aclaró el español.

(Germany, do you want to take the reptile boy) Alemania, ¿Deseas llevar al chico reptil?—preguntó el anglosajón.

(Nein...ich nehme keine) No...yo no me llevaré a ninguno.—respondió este cruzado de brazos.

— (Ahg come on...so I can take that cutie over there) Ahg vamos...así podré llevarme a esa preciosura de ahí...—le apuntó con su índice al mexicano, el cual se ocultó detrás de su hermano.

(Ich sagte schon nein.) Ya dije que no.

(Don't worry Spain, I'll fix it...) *sigh* No te preocupes España, lo arreglaré...—dijo al mencionado.

Como el recorrido había acabado, el español los guió hacia la salida, donde podían verse unos guardias en la entrada de la carpa.

Al salir, pudieron ver como un camión se estacionaba junto a la feria, para que seguidamente bajaran unas cajas algo grandes...no tenían idea de qué había ahí.

— Nuevos productos...genial.—exclamó el europeo.— En fin, un gusto que hayáis venido a conocer mi negocio, os dejaré mi tarjeta con mi número, y bueno...ya sabéis dónde estamos.—les entregó una tarjeta a cada uno.

Ambos agradecieron, aunque uno más disgustado, y luego solo se retiraron.

Durante el camino, el inglés le reprochaba al alemán el que debió de haber aceptado la oferta, encontrar al español de bien humor no era cosa de todos los días, pero a este parecía no importarle, en primer lugar, no quería ir a ese horrible lugar.

Una vez en la casa del europeo, este se despidió de su contrario y entró a su departamento, tenía cosas que hacer y su trabajo se había pasado por andar paseando.

Se dirigió a su oficina y abrió su laptop para comenzar su trabajo...

Pero a medida que lo hacía, no podía evitar pensar en ese chico que había visto en la feria...¿Enserio los trataban como productos? Se veía...como cualquier otra persona, quitando sus rasgos reptiles, pero no le veía nada de malo, hasta él mismo podía aparecer unas alas negras cuando lo deseara, pero nadie lo trataba de fenómeno, ¿Por qué a ellos si? ¿Cayeron en manos equivocadas...?

Al ver que estaba pensando de más, sacó esos pensamientos de su cabeza y se dedicó a trabajar, después de todo...no volvería a ver esos chicos, esperaba.

⋆❝𝑩𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑳𝒊𝒃𝒆𝒓𝒕𝒂𝒅❞⋆✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora