⊰⊹12⊹⊱

277 27 14
                                    

Habían pasado dos días más, pero fue lo suficiente para que el alemán lograra conseguir la suma de dinero que necesitaría para ambos latinos, aquello lo mantenía contento, más aún sabiendo que el chileno volvería a su departamento, se había acostumbrado a tener su presencia, ahora encontraba extraño volver a estar solo.

Como aún estaba en días de trabajo, los iría a buscar apenas le dieran el día libre, pero antes, alistaria una cama extra para el mexicano, aunque antes dormía con el chileno, ahora no lo veía posible ya que el tricolor estaría presente, lo que menos quería era que estuviera incómodo.

Movió los muebles y dejó una cama en cada extremo, el cuarto era grande así que no habría problema, ambos estarían cómodos.

Una vez acabó, solo se fue a dormir más tranquilo, al día siguiente iría por ellos.

(...)

— Me sorprende que hayais querido volver mi querido Alemania, y además sin la compañía de vuestro amigo americano.—dijo el español, este guiaba al pelinegro por los pasillos.

(Tatsächlich weiß er nicht einmal, dass ich hier bin, ich glaube, er hat seine Chance verpasst, da ich früher angekommen bin.) De hecho, el nisiquiera sabe que estoy aquí, creo que perdió su oportunidad, ya que llegué antes.—respondió viendo de reojo aquellas jaulas, todas cubiertas por mantas.

— Jaja...ya veo, llegamos. ¡Críos! ¡Arriba!—este alzó la voz una vez habían llegado a la jaula correspondiente.

Comenzó a golpear con su bastón aquellas rejillas, asustando a ambos chicos que despertaron al unísono, al ver que se trataba del español, solo cambiaron su expresión a una seria y molesta.

Aunque, cuando el de estrella observó al individuo a su lado, abrió los ojos sorprendido este si había venido...sonrió para sus adentros.

Por otro lado, el alemán hizo una mueca hacia el español al ver que ambos hermanos presentaban uno que otro moretón en su piel, el chileno tenía su ojo estrella morado, y el mexicano tenía un ala vendada, seguramente no podría volar por un tiempo.

— Ambos habeis sido arrendados por Alemania, obedecerán sus órdenes y no se negarán a nada, ¿He sido claro?—solo respondieron con un "si señor".

Una vez hecho esto, el español sólo sacó una llave de su saco y con estar abrió la jaula, de nada servía llevarlos a domicilio al departamento del alemán si este ya estaba aquí, y creo que está de más decir que este no lo permitiría.

Ambos solo salieron y se posicionaron junto al alemán, luego, los tres fueron guiados a la salida, pues Alemania ya había pagado.

Se "despidieron" y una vez en el auto, emprendieron viaje hasta el departamento del europeo.

(...)

El chileno abrazaba fuertemente a su contrario siendo correspondido con, no la misma fuerza, pero si el mismo cariño.

(Ich vermisse dich mein Stern...) Te eche de menos mein Stern...—murmuró este acariciando su cabello.

— Yo también Ale...—respondió.

En lo que estos tenían su "momento", el mexicano solo permanecía en lo que ahora sería su habitación, observaba con curiosidad las cosas del chileno, las que ahora también serian suyas según el peliazul.

Al asomarse por el marco de la puerta, le bastó solo observar a aquellos dos para darse cuenta que se traían algo, tan pendejo no era.

Si tuviera un celular les abría sacado un la fotografía, pero al ver una cámara fotográfica en la mesita de noche del chileno, no dudó en utilizarla para sacarles una foto discretamente.

— ¿Mex qué haces?—preguntó de golpe el de estrella una vez se separó del abrazo.

— Nada.—respondió ocultando la cámaras detrás de si.

(Ähm...na, willst du was essen? Aber zuerst werde ich diese Prellungen überprüfen, die beide mit sich bringen, und die Flügel aus Mexiko, ich würde gerne wissen, was passiert ist.) Uhm...bueno, ¿Quieren comer algo? Pero primero, voy a revisar esos moretones que se traen ambos y las alas de México, me gustaría saber que ocurrió.—propuso el alemán llevando al chileno a su habitación.

Se dirigió al baño por un botiquín y regresó con los hermanos para solo atender uno por uno.

Al querer pedir una explicación sobre eso, ambos solo comenzaron su relato, dejando al alemán molesto con el español, y disgustado con el trato de aquellos "guardias" que habían ahí.

Una vez acabó, solo dejó que el de cola ayudara al alado a instalarse, mientras el preparaba el almuerzo.

...

(Diesmal werden beide alle paar Stunden Unterricht nehmen.) Esta vez, ambos tomarán clases cada ciertas horas.—afirmó el alemán.— (Ich habe bereits mit den Lehrern in Chile gesprochen und sie sind bereit, jemand anderen zu unterrichten, es wird kein Problem sein.) Ya hablé con los maestros de Chile y están dispuestos a enseñarle a alguien más, no será un problema.

— Cagaste te vas a tener que levantar temprano ahora sksksks—soltó el chileno molestando a su contrario, quien rodó los ojos bufando.

— Mientras sea por un bien mayor, lo haré.

Solo soltaron una pequeña risa y continuaron con su comida, se había hecho un ambiente cálido en ese momento, el mexicano era muy bueno sacando plática al igual que el chileno, haciendo que el alemán nunca se aburriera.

(...)

Había pasado una semana, siete días desde que el alemán convivía con dos latinos en su hogar, le había conseguido las mismas cosas al mexicano que le había dado al chileno, este no tardó en instalarse cómodamente.

Al igual que, sus clases universitarias también habían comenzado y ambos avanzaban de manera rápida, el tricolor no tardó en alcanzar al chileno en su rango, haciendo que pudieran estudiar anivelados.

Por supuesto, el pelinegro siempre estaba ahí para felicitarlo con algún dulce de premio o una caricia en su cabeza, quería hacerlo sentir bienvenido, tal y como hizo con el de estrella.

Pero el chileno lo estaba viendo de otra perspectiva.

...

Sucedió un día en el que solo el mexicano tenía clases, eran unos talleres en el que este deseó incluirse, pues justamente el alemán lo estaba ayudando con una tarea pendiente, mientras el chileno solo observaba escondido desde la cocina a la sala.

(Sehr gutes Mexiko! Du lernst schnell) ¡Muy bien Mex! Aprendes rápido.—este solo desordenó sus cabellos y le entregó un caramelo de recompensa. Sinceramente comenzaba a verlo como un hermanito.

— Gracias señor mjmj...—este solo siguió trabajando comiéndose el dulce.

Todo esto era observado por el peliazul, quien solo hizo una mueca al ver la atención que este le proporcionaba a su hermano, no le molestaba, el merecía cariño también está claro...pero habían dejado de dormir juntos, y no había vuelto a recibir algún beso o cariño de parte del alemán.

Pero esa misma noche lo cobraría.

(...)

De manera silenciosa, se levantó de la cama tratando de causar el menor ruido posible para no despertar a su hermano, solo caminó descalzo hasta la habitación de al lado, donde apenas y lograba verse la silueta de la cama, junto a unos leves ronquidos que se escuchaban.

Este solo se acercó a la cama ajena, y con cuidado se fue metiendo entre las mantas hasta quedar junto a su contrario, a quien no tardó en abrazar y apegarse a él. Aunque claro, hizo que despertara de un salto.

(W-was...? Chili...? Alles in Ordnung, was machst du hier?) ¿W-was...? ¿Chile...? ¿Todo en orden, que haces aquí?—preguntó tallando sus ojos con el puño.

— Solo...busco algo de compañía, ya duérmete...—respondió con la voz algo ronca por el cansancio. Su contrario solo dio una risa leve y lo abrazó de vuelta para volver a dormir.

Dió resultado su cometido.

⋆❝𝑩𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑳𝒊𝒃𝒆𝒓𝒕𝒂𝒅❞⋆✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora