No quería que Draco se sintiera culpable por no dejarme embarazada, por lo que se me ocurrió ir a visitar a Harry mientras mi marido se iba al trabajo.
No quería hacerlo por mi amor hacia Draco, pero nuestro deseo de ser padres se hacía cada vez más fuerte, por lo que no me quedó más remedio que acostarme con Harry.
Cuando me abrió la puerta se sorprendió mucho al verme, ya que hacía años que no nos veíamos.
Fuímos a la cocina y mientras tomábamos un poco de Wisky de Fuego, comenzamos a recordar algunas anécdotas de la infancia y tras darme cuenta de cómo me miraba, decidí girar la cabeza pero Harry fue más rápido y logró robarme un beso, el cual se tornó cada vez más apasionado.
Después, me cogió en brazos sin parar de besarme y me llevó al dormitorio donde nos entregamos durante varias horas de una manera muy fogosa y a pesar de que él no paraba de susurrarme "te amo", yo sólo me limité a besarle y a gemir sin parar.
Nada más caer totalmente agotados, Harry se quedó dormido y yo aproveché para vestirme y dejarle una carta que había escrito antes de salir explicándole los motivos por los que había ido a verle y pidiéndole que si de verdad me amaba, no fuese a buscarme nunca.
Al llegar a la mansión fuí en busca de Draco y tras recibirle con un beso, le arrastré hasta nuestro dormitorio donde hicimos el amor hasta el amanecer.
Ahora, tras nueve meses de embarazo le hemos dado la bienvenida a nuestro hijo , quien es la alegría de su padre y he de decir que gracias a Merlín, Harry respetó mi petición y mi marido nunca sospechó de nada.