Capitulo 2

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Me desperté del desmayo en la enfermería, en una camilla a lado de Merlina.

—¿Q-que pasó? -Pregunte confundida analizando mi entorno.

—Bueno días, Lilidith y ya. -Reconocería esa voz y ese apodo en donde fuera.

—Xavier, que mierd-Me interrumpí cuando los recuerdos de lo sucedido llegaron como flashbacks. —¡Merlina! ¿Donde está? ¿Le sucedio algo?

—Regresó a su cuarto, ¿Tu estás bien? ¿Te lastimaste?

—No, afortunadamente, la enfermera dijo que solo tendrías una contusión, a lo mucho un moretón.

—Bueno, y se puede saber, ¿porque el valeroso acto de salvarnos de la muerte? -Pregunte sonando sarcástica sin querer.

—¿Y tú porque abrazaste a Merlina protegiéndola?

—Touché, no lo sé actué por instinto.

—Exacto, igual.

—Y...quieres saber algo más o agradecimiento, por que si, si, gracias, adiós. -Trate de levantarme de la camilla pero al parecer estaba algo mareada por lo que perdí el equilibrio y caí.

Espere el impacto de frío y duro suelo pero en vez de eso me recibió una suavidad reconfortante.

—¿Porque el suelo se siente como una almohada? -Pensé susurrando en voz alta.

—Pues no es una almohada pero mi camisa es 100% algodón. -Comentó Xavier así que abrí lo ojos.

—Bueno está bien, ya estoy bien. -Asegure tratando de pararme y repitiendo la anterior escena.

—No lo creo, ahora vuelve a acostarte. -Me ordenó.

—A mi nadie me ordena. -Respondí feroz para mi estado de vulnerabilidad.

—Así que así lo haremos, eh. -Susurró y me cargo como recién casados.

—O-oye espera suéltame, prometo ya no párame pero déjame.

—¿Si?

—Si. -Acepté.

—Voy por la enfermera. -Aviso y se fue.

La enfermera vino, me revisó y confirmó lo que creí, todo estaba bien. Me despedí y me fui a mi cuarto.

Organice el lado de mi cuarto y vi la historia a la que se refería Merlina, tenía razón, no tenía ni pies ni cabeza. No la deseche por respeto pero la guarde por ahí.

Después de organizar me dormí un poco y me despertó el concierto nocturno de violín de Merlina.

Salí por la ventana muy silenciosamente, me senté y comencé a oírla. Tocaba precioso.

Enid llegó casi justo al tiempo que Merlina termino de tocar.

—Como hiciste para sacar ese violosote por la ventana.

—Me dieron una mano.

Me había ensimismado tanto en mi misma que cuando noté que esas 2 estaban en su conversación así que no quise intervenir solo me quede en silencio y me sosteni del barandal en medio de ellas escuchando atentamente.

Hablé justo cuando Merlina terminó su relato sobre su mascota escorpión.

—Tu escopion debe de estar junto con mi perro. Las lágrimas no ayudan pero a veces liberan. -Hablé por primera vez soltando una pequeña lágrima recordando a mi primer mascota.

—Profundo. -Mencionó Enid. —No te preocupes tu secreto está a salvo con nosotras.

—Me lo llevaré a la tumba. -Confirme.

River || Wednesday HistoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora