CAPÍTULO 2 | ESTACIONES NACIENTES

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—¿Le pasa algo? Parece estar enfadada— escuche hablar a la castaña —Si le molesta mi presencia puedo retirarme.

Yo negué con la cabeza —No es eso, es esta ropa— musite viendo el vestido que llevaba puesto, solo verlo me lo recordaba y me llenaba de enojo —Hypnos dijo que había un Jahrezeit cerca de la catedral en la que están. Si aún no se presenta aquí es porque algo debe estar pasando... cuando salgamos del inframundo iré en persona.

Ella me miró extrañada —¿No es mucha molestia para usted? Si así lo desea yo puedo ir.

—No, tengo que ir— hable rápido —Además, quiero salir de aquí, ya he estado suficiente tiempo en el inframundo. Pero antes de eso debo ir al Tártaro, hay asuntos que tengo que atender— me puse de pie y camine hacia la puerta de la recamara.

Jazmín me detuvodiciendo —¿No dijo que le molestaba esa ropa? Espere aquí, enseguida llamare alas monjas— su cabellera castaña paso a un lado de mi para dejarme sola en la fríahabitación.

—¡Que el inframundo se alegre porque su reina ha vuelto! Dichosos son los ojos que se honran con la belleza de la portadora de muerte— anuncio Thanatos en el salón, Hypnos solo lo miro serio, yo por mi parte intente sonreír —Nos alegra tanto ver t...

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—¡Que el inframundo se alegre porque su reina ha vuelto! Dichosos son los ojos que se honran con la belleza de la portadora de muerte— anuncio Thanatos en el salón, Hypnos solo lo miro serio, yo por mi parte intente sonreír —Nos alegra tanto ver tu hermoso rostro otra vez— el azabache se acercó a mi para darme un abrazo, el calor de su cuerpo emanaba, no reconocía del todo aquello tan inquietante en el.

Me separe de él, no iba a negar lo poco coherente que me parecía su actitud después de lo que había pasado —Me siento contenta de verlos— fue lo único que respondí.

Su mirada me recorrió todo el cuerpo con fascinación —Siempre dije que tu color era el blanco, pero este tono negro tan profundo te hace ver maravillosa... me atrevo a decir que estas incluso tan hermosa como tu madre, ese tocado de flores te sienta tan bien.

Hypnos chasqueo la lengua ante el comentario y esta vez el tomo palabra en la conversación —Jazmín nos comentó que quieres ir al tártaro, me temo que no podrás hacer tan cosa. El señor Hades negó el acceso a ese lugar por completo, nadie, excepto el, puede entrar y me temo que usted tampoco puedes ir.

Me encogí de hombros —Las ordenes de Hades son absolutas, no puedo ir en contra de mi señor— respondí —Por otro lado, me gustaría poder salir de aquí.

Thanatos soltó una risita —El señor Hades no ha autorizado que salgas de aquí— enmarqué una ceja, negué con la cabeza.

—La señorita ____ no necesita pedir un permiso que claramente le será concedido, es ilógico ya que sabemos que el señor Hades no puede negarme nada a su amada esposa— el azabache rodó los ojos al escuchar hablar a su hermano —En todo caso, ella está en su derecho, sin embargo, algo en lo que si podemos interferir es en su protección. Nos hemos tomado la libertad de darle este pequeño obsequio de bienvenida, el señor Hades lo mando a hacer especialmente para usted— Hypnos abrió una pequeña cajita que se encontraba justo en el centro de la mesa en la que estábamos sentados, sacó un pequeño collar con una plaquita que simulaba ser la silueta de una granada, él se puso de pie y me lo coloco al rededor del cuello, pude sentir sus dedos tibios sobre mi piel helada, esto ocasionándome un escalofrió —Es un artefacto que el mismo Hefesto ha diseñado para que su cosmos permanezca oculto y no pueda ser detectado por el enemigo, nuestro señor quiere que usted está bajo absoluta protección. Así que Jazmín será la encargada de mantenerla a salvo de las amenazas del santuario, esto hasta que encontremos una escolta.

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