CAPÍTULO 3 | CRUEL DESTINO

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—¡Lamento interrumpirla señora mía, pero el señor Minos acaba de informarme que la ciudad donde se encuentra el tercer Jahrezeit está siendo destruida por nuestro señor Hades! — al escuchar eso me levante de golpe de la mesa, Hypnos me sostuvo de la muñeca impidiendo que avanzará.

Yo lo voltee a ver con los ojos bien abierto y llenos de preocupación —Suéltate ahora mismo Hypnos, tengo que ir.

—No puedes ir, el señor Hades dijo...— pero yo lo interrumpí gritando.

—¡Hades nada! Él ni siquiera se ha tomado la molestia de venir a verme— resople en lo alto —Yo no estoy en la obligación de seguir las ordenes de Hades ¡Si te digo que voy a ir no es para que me concedan su permiso, que en todo caso no lo necesito! — el me miro tenso, pude notar como una gota de sudor bajaba por su frente.

Thanatos soltó una risita, camino junto a mí y me vio detenidamente —Querida, ____, es por tu seguridad ¿Acaso quieres causarnos problemas a Hypnos y a mí? — sus ojos azabaches parecían más oscuros de lo que ya eran en ese momento —No lo creo ¿Verdad? El señor Hades quiere que te quedes en el inframundo y aquí te vas a quedar.

Al escuchar eso una ira insoportable, aún con eso guarde mi semblante tranquilo. Acerqué mi rostro al de Thanatos y dije:

—Me parece que quienes no están entendiendo aquí son ustedes dos— le dije secamente —Te estoy ordenando que me lleves a la catedral que está en Italia en este momento.

Hypnos al igual que nosotros se puso de pie —____, te ruego que entiendas nuestra situación.

—No, los que tienen que entender mi situación son ustedes; si no voy estarán muchas cosas en juego.

El rubio suspiro —Lo único que podemos hacer es mandar a unos espectros, Jazmín puede dirigirlos si así lo deseas, pero tú no puedes ir a ese lugar— espeto de manera firme señalando a la Jahrezeit; lo mire de mal modo —Lo que puedo hacer es instalarte en la catedral hasta que el castillo esté listo ¿Eso te parece suficiente?

Sin dejar de mirarlo y sin parpadear, lo único que pude pensar era en la estúpida pregunta que había hecho. Me contuve, iba a dejar pasar sus insolencias por única vez así que solo asentí con la cabeza, pero si esto volvía a suceder no pensaba perdonar una grosería como esa.

 Me contuve, iba a dejar pasar sus insolencias por única vez así que solo asentí con la cabeza, pero si esto volvía a suceder no pensaba perdonar una grosería como esa

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—Este es el rojo verdadero— anuncio el rey del inframundo.

Tenma conmocionado abrió la boca ante tal escena —¡Eso es sangre! ¿¡Que hiciste!?— pregunto el muchacho castaño sin poder enfocar su vista en un solo lugar por tal imagen tan avasallante.

Dohko al ver esto se levantó de golpe —¡Tenma! — llamo al mencionado con un tono de preocupación ¿que estará tramando ahora Alone?, pensó el oji verde para sí mismo dirigiéndose hacia el que nombre su hermano menor.

El rubio tomó sangre con la punta de sus dos pinceles y ante la vista anonadada de los presentes marcó dos grandes líneas perpendiculares que formaban una enorme equis de un tiente rojo sobre el cuadro del Pegaso. En ese momento la armadura de Tenma comenzó a romperse al instante el chico soltó unos quejidos de dolor, de igual manera escupió sangre por la boca y finalmente su armadura se rompió en pedazos. Con sus últimas fuerzas el caballero de bronce se acercó a su amigo en un intento de tocarlo.

YOURS EVER ✔ | THE LOST CANVASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora