CAPÍTULO 10 | SUBREPTICIO

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Las cejas de la diosa se acentuaron sutilmente en sus orbes, parecieron encorvarse ligeramente por un instante, cosa que duró menos de un segundo ya que volvieron a su posición serena —Son mis favoritas— susurro con voz suave a la vez que tomaba el ramillete —¿Cómo es que lo supiste, Jazmin?— le pregunto viéndola a los ojos, la castaña no pudo responder ya que la mujer volvió a hablar —Pareces muy tensa— dijo de nuevo con tono de preocupación —¿Te encuentras bien? Pasa a tomar algo para relajarte, no quiero que te sientas mal.

La esposa del dios del inframundo pasó a un lado de ella saliendo de su habitación, sostuvo su vestido para no tropezar con él. Llegó hasta la puerta del vestíbulo y asomo la cabeza para llamar a las criadas, mismas que se encontraban vigilando la entrada, las monjas la vieron.

—Podrían traer té de menta con pastelitos de tiramisú— las de vestimentas oscuras asintieron y ____ volvió a donde estaba la muchacha, la tomó de la mano para hacerla entrar hasta su habitación.

Jazmin sin comprender siguió las indicaciones de la azabache, vio como esta cerró la puerta con seguro para después dejar las florecillas amarillas sobre una mesita. La mayor cerró las cortinas de la recamara se deslizó delicadamente hasta otra puerta, la abrió y le señaló a la Jarehzeit que entrara al tiempo que decía —Esperaba que ahora que estás aquí, podrías darme tu opinión sobre una situación a la que solo tu criterio femenino sería capaz de responder— extrañada y no muy segura la de Gnirps hizo caso y entró por la puerta señalada, al ingresar al lugar se dio cuenta de que estaba en el vestidor de la diosa, docenas de vestidos de todos los colores podían verse. Jazmin se dio la vuelta hasta toparse con la de pelo negro, misma que del mismo modo que hizo con el acceso de la habitación cerro con seguro.

—¿En verdad quiere que le ayude a elegir un vestido? — cuestiono enmarcando una ceja, Jazmin estaba casi segura de que no era así, pero quería confirmar.

____ se acercó a ella e inclinó su cabeza a un lado —¿Quién te lo dijo? — formuló tajante esperando una respuesta —¿Cómo te enteraste si nadie sabía de esto? La única que sabía era...

—Dahlia— completo la guardiana de la primera estación —Se que tiene muchas preguntas, pero debe escuchar lo que tengo que decirle primero, me temo que-

La mujer la vio a los ojos —Quiero que me digas cómo lo descubriste— exigió de vuelta la de ojos oscuros —Necesito que me digas cómo averiguaste algo que solo yo y personas que ya están muertas sabíamos, debes entender que esto es algo que no puedo tomar a la ligera y necesito saber si es cierto.

Un suspiro por parte de la menor se escuchó, ella asintió y habló —Lo leí en un libro de anotaciones de la biblioteca de señor Lune de Balrog— confesó ella por fin la chica en un susurro —Mi maestro, Minos de Griffo me obligaba a estudiar desde que me tomo como su discípula.

____ pudo ver la verdad en los ojos esmeralda de la chica, asintió con la cabeza indicando que podía decirle lo que iba a contarle desde un inicio —Aquí podemos hablar sin que nadie nos escuche, nadie se atrevería a entrar a mis aposentos, saben cómo es Hades como para arriesgarse.

—Está bien— dijo dudosa para continuar hablando—Sé muy bien que usted es la esposa del señor Hades y que por ende confía totalmente en los dioses gemelos— empezó a decir la chica con tono serio —No obstante, lo que tengo que decirle suene imposible y puede que no me crea, aún así he decidido decirle por que como Jarehzeit mi deber es protegerla con mi vida. El señor Hypnos y Thanatos, no debe confiar en ellos, es posible que estén tramando algo en su contra.

La mujer pensó en lo que dijo la muchacha por un momento —¿Por qué debería creerte? — le cuestiono de vuelta con seriedad —Servías a Hypnos después de todo.

YOURS EVER ✔ | THE LOST CANVASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora