8. "Lo inalcanzable"

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Muchos vinieron a ver la pelea entre Sunon y Naruto. Al parecer todos querían presenciar como el dios del Sol vencía a un malthelor tan grande, y la voz corrió como agua de río por todo el palacio, llenando el patio de entrenamientos en minutos.

—Ésto será un gran espectáculo— dijo el regente a su lado —Espero que ese chico no salga muy dañado.

—¿Vas a permitir ésto?— le preguntó.

—Si Sunon así lo quiere, yo no tengo nada que hacer, alteza. Pero no tema, él ganará, siempre lo hace. Ese criado podrá ser grande, pero eso lo hace también muy lento.

Sasuke se cruzó de brazos y clavó las uñas en su piel, percibiendo el dolor aún por encima de la tela. Naruto no miraba la multitud, simplemente movía un poco los hombros, haciendo gala sin querer de su increíble físico; entonces sacó una cuerda de uno de los bolsillos de sus calzas y se ató el cabello en una alta y pequeña coleta, para dejar su nuca libre y que no le estorbara. Por el contrario, Menma sonreía a cada palabra de ánimo que recibía, y reía de los chistes que hacían sus conocidos a costa de Naruto.

—Cuando Sunon quiera— indicó éste, parándose en el centro del círculo.

Menma asintió y se puso en guardia. Dos magníficos guerreros haciendo galas de su fuerza. El dios del Sol fué el primero en atacar, dió poderosos puñetazos que Naruto bloqueó con sus antebrazos. Lo hizo retroceder un poco, y Sasuke retuvo la respiración al ver como la piel comenzaba a marcarse en rojo. Menma estaba utilizando todo su poder. Cuando se detuvo, comenzaron a rodearse uno al otro sin bajar la guardia, hasta que Naruto hizo contacto visual con Sasuke. Su contrincante aprovechó ese momento de distracción para lanzar un golpe justo a su rostro, pero el Mallen dejó perplejo a todos cuando lo esquivó con solo un leve y rapidísimo movimiento.

Esa mirada de incomodidad que mantenía, cambió por una de enojo, y cada golpe que dió Sunon, ni siquiera le rozó la piel. Entonces Naruto giró y utilizó ese impulso para pegar una patada en el pecho de Menma, lanzándolo de espaldas a la arena. Nadie aplaudió, solo se escucharon murmullos de asombro que hicieron enfurecer al dios del Sol.

Naruto vió como se levantaba de un salto y dejaba salir una risita de impotencia, entonces lo atacó de nuevo. Otra vez lo tiró al suelo, y a la tercera ocasión, Menma pidió un momento.

Sasuke dejó salir una gran exhalación, permitiéndose respirar tranquilo. Naruto era demasiado bueno, incluso para Sunon. Verlo tan capaz y fuerte, solo aumentaba el deseo que sentía hacia él, pero tenía que mantener su expresión neutral delante de todos.

Menma bebió un poco de agua y conversó con uno de sus instructores, pero Naruto quedó solo en un extremo del círculo, hasta que el regente se le acercó.

Otra vez comenzó la pelea, y si al inicio el joven Mallen mantenía su posición, poco a poco fué bajando su defensa hasta que recibió un golpe de Menma. Sasuke retuvo un jadeo cuando vió una de sus cejas partidas y la sangre manchando su rostro. La multitud gritó en aprobación, y luego aplaudió de nuevo al ser Naruto golpeado en la mejilla ésta vez.

Terminó con la espalda pegada a la arena y un puño amenazador muy cerca de su nariz, cuando Sunon decidió que había vencido, pero dejándolo muy golpeado. Ithil no podía creer lo que había pasado, y al parecer el regente notó su confusión y se acercó.

—No hay nadie que le gane, es un dios después de todo. Ahora puedes estar tranquilo— Sasuke apretó los puños con furia cuando vió a Naruto hacer una reverencia después de ponerse de pie, y salir del jardín —Vamos a felicitarlo— ofreció Obito.

—Ya tiene muchos que lo están haciendo— siseó.

—Pero sin dudas querrá recibir la tuya.

—Me importa una brizna— exclamó furioso y dejó el regente sin habla cuando se marchó.

^°^°^°^

—"¿Sabes cómo afectará a los habitantes de Ennor, el saber que su dios ha pedido una batalla con un simple criado?"

Fué la pregunta que le hizo el regente. Entonces Naruto se dió cuenta de que pretender ser capaz o fuerte delante de Ithil, no valía la pena ¿Con qué objetivo? Solo estaba haciendo el ridículo al intentar impresionarlo.

Se alejó lo más que pudo hasta un pozo junto a los establos, donde los gritos entusiastas no se escuchaban y nadie lo veía. Sacó un balde de agua y después de dejarlo en el borde comenzó a lavar su rostro. Gruñó al ver el agua mancharse de rojo con la sangre de sus heridas, y luego siseó de dolor al tocar su labio inferior, partido de un golpe certero.

—Ni siquiera eres tan fuerte— espetó rabioso. Apoyándose en la piedra bajó la cabeza y negó resignado.

Así se quedó hasta que el sonido de unos pasos lo hicieron levantar la mirada. Ithil estaba acercándose, con el ceño fruncido y los puños apretados a los costados de su cuerpo.

—Déjame ver...— exigió y Naruto retrocedió, chocando con el borde del pozo.

—No tiene que preocuparse, alteza. No es nada serio— habló rápido y esquivo.

—Inclínate— bramó, mirándolo desde abajo.

Naruto apretó la piedra con sus manos cuando hizo lo ordenado, quedando muy cerca de Ithil mientras éste observaba sus heridas. Volvió a sentir ese estremecimiento cuando él tocó su frente, y después de poner una mano sobre el golpe, pronunció:

Nestadren... (Sanar...)

Las heridas se cerraron y el dolor desapareció en un instante, pero la mano de Sasuke no se alejó. Fué entonces donde sus miradas se encontraron, quedando prendadas, haciéndolos incapaz de moverse. Ithil entreabrió sus labios en un suspiro, llamando la atención de Naruto hacía éstos, pero después agarró suavemente su muñeca y retiró la mano de su rostro. Sasuke se quedó desconcertado cuando lo vió alejarse y salir por la puerta trasera del palacio, rumbo al bosque.

^°^°^°^

Su corazón latía más fuerte incluso que cuando estaba peleando, y ya lo suficientemente lejos, dejó salir un gruñido de frustración mientras tiraba hacia atrás de su cabello rubio. Tan cerca... ¿En qué carajos pensó? Pero su tacto gentil y cálido fué lo mejor que había sentido en su vida. Era como darle un manjar a un muerto de hambre y quitárselo justo cuando solo probó un bocado.

Golpeó un árbol con la palma de la mano y apoyó la frente en el tronco. Con los ojos llenos de lágrimas y los dientes apretados, golpeó otra vez. Pronto esa acción se volvió más violenta, y comenzó a dejar salir su frustración golpeando el tronco con los puños, uno detrás de otro; desahogándose por la pelea que le obligaron a perder, por las heridas recibidas, por no poder tener lo que quería. Cuando terminó, el árbol cayó con un estruendo de la madera hacia la tierra, espantado las aves que estaban cerca.

—¿Por qué rayos sigo en éste lugar?— bramó dolido —Necesito alejarme de él, volver a las llanuras... Pero no puedo, no puedo hacerlo cuando me mira así, cuando escuchar su canto hace que me olvide de como respirar. Oh adar... (padre...) ¿Tú sabrías qué aconsejarme?— preguntó, dejándose caer justo al lado del árbol que había derribado —¿Cómo puedo amar tanto a Ithil, sabiendo que jamás podrá ser mío?

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