—¡Ya dime!
—¡Las galletas aún no están listas!
—¡Las galletas no tienen nada que ver!
—¡Te dije que te diría hasta que se hicieran por completo!
—¡Hermione Granger!
Chrissy y Hermione estaban en la casa de la primera, más en específico, en la cocina: sentadas frente al horno entre papeles, pergaminos, libros, plumas y colores.
Hermione había vuelto de sus vacaciones días atrás y, a pesar de que le faltaban dos deberes más por terminar, acepto visitar a Chrissy, terminando porque las dos hicieran los pendientes escolares a media cocina.
—¡Solo me dio un beso en la mejilla! — admitió Hermione.
Chrissy chilló de la emoción.
—¡Hermione Jean Granger! — exclamó la pelirroja — ¡un chico danés te dio un beso!
—¡No lo grites! Además, no lo volveré a ver, solo fue un amigo de verano.
— Claro, uno digno de ocupar más de media hora.
— No fue media más de media hora — negó Hermione, pero al momento, la alarma de las galletas sonó, cuyo inicio fue cuarenta minutos atrás, al igual que su conversación — ¡tan rápido! Aún me faltan cinco centímetros de mi ensayo.
— Así de rápido se pasa el tiempo — dijo distraída, sacando las galletas del horno para dejarlas enfriar — ¿les pones el glaseado?
— Voy a eso.
— Deberíamos poner un negocio de galletas.
— Aún no sabemos si nos quedaron bien o no.
— No hay falsas posibilidades hasta hacerlo.
Hermione bañó las galletas de su glaseado, una por una. Chrissy tomó la primera en haber sido bañada, soplando en esta, la partió en dos.
— Por la repostería — dijo Chrissy, chocando galleta con galleta.
— Por las mejores galletas de té.
Media hora más tarde, las niñas habían acabado con casi todas las galletas de la bandeja, aún en el suelo de la cocina, Sam y Emma las encontraron ahí, con el plato de galletas casi vació.
— Espero que les quepa algo para la cena — les dijo Emma.
— Les dejamos una para cada uno — dijo Chrissy, extendiendo las dos galletas a sus padres.
Su papá se rio entre dientes, tomando la ofrenda de Chrissy y Hermione.
— Mejor salgan de la cocina, haré una pasta con tocino para la cena — dijo Sam.
— ¡Oh, no! Aún me faltan los cinco centímetros del ensayo — se quejó Hermione, levantando su pergamino que, de cualquier forma, ya había superado el límite mínimo.
— ¿Cómo sabes que solo cinco? — preguntó Chrissy, amontonando los libros en sus brazos.
— Eso es mi mínimo en mis conclusiones, mi letra cabe en la mitad del centímetro.
Chrissy solo negó, pasando todas sus cosas a la sala de televisión junto a Hermione, derramando todo en el suelo otra vez.
— Voy a llevar otro cuaderno este año — decía Chrissy, sacando bolígrafos de su estuche — los pergaminos se me terminan arrugando en mi bolso y sin duda un cuaderno no me alcanza para todas las notas.
— Yo creo que necesitaré una agenda, no le digas a nadie, pero una vez perdí mi horario entre todos los libros que tomé de la biblioteca — admitió Hermione, pero su rostro hacia parecer que contaba el secreto más vergonzoso.
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SIGN OF THE TIMES [Harry Potter]¹
FanfictionDebes conocer de donde vienes para saber a donde vas. Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Lamentablemente, ellos no conocían los rastros que dejaron las personas que les otorgaron un legado ha través de los pasillos que recorería...