VI || Los llamados "Sangre sucia"

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Wezen se sentía sorprendido por si mismo, el orgullo no estaba claro en él aún, pero si sorprendido. El resto de la semana se trató de un intento colectivo de esquivar a Lockhart por Harry y también a Colin Creevey -este último parecía más difícil, pues se había aprendido el horario de Harry- se deslizaron con la mayor normalidad posible en los días que pasaban.

Sin embargo, la normalidad del resto de su semana no fue lo que le causo sorpresa a Wes, sino el acontecimiento de su último día, luego de salir de la biblioteca con un libro de quinto año de encantamientos, debatiéndose si ir directo a la torre de Gryffindor o entrar de contrabando a las cocinas por algún bocadillo. Estaba más concentrado en su cabeza que en su camino y, aún así, fue la melodía suave de una canción que lo sacó de sus pensamientos.

—¡Eso fue fantástico! —se escuchó detrás de la gran puerta del club de ballet—. Nos veremos la siguiente semana, descansen bien.

Wes se asomó por la puerta, muchas chicas y algunos chicos estaban en sus mayas y leotardos, cubriéndose con las túnicas y calentadores para salir.

Justo en la esquina derecha del salón, donde también apoyaban arriba de él algunas puntas de ballet y libros, estaba el piano del que Carter había hablado.

Entró al salón, hipnotizado por el instrumento, tocó un par de notas, simples y bellas. Recordó a su abuela, sentada a su lado, toando el instrumento como una profesional mientras le enseñaba.

—¿Black? —llamó alguien detrás de él. Volteó, encontrando a Carter—. ¿Estas bien? Te llamé como tres veces y no me hiciste caso.

—¡Oh! Sí, solo quise verlo —señaló el piano—. Es lindo, muy lindo.

—Bueno, si que lo es, Penélope lo toca en las lecciones por lo mientras...

—No más que el que tenia en mi casa —interrumpió él, distraído, de pronto, Carter lo miró agudamente—. Lo siento, como sea... —Wes volvió a mirar el piano, tocando algunas otras notas.

—No importa, Black —dijo ella, avanzado hacía él—. ¿sabes tocar?

—¡Claro! Me enseñaron de pequeño, tiene algo de tiempo que no lo tocaba, pero retomé este verano.

—¿Y no te interesaría, no sé, tocar para el club? —sugirió alguien más.

Cuando Wes encaró nuevamente a la pelirroja, alguien más estaba a su lado, mucho más alta que Carter o él, aunque lucía igual de firme que la pelirroja. Las bailarinas si que tienen seguridad, pensó Wes, mirando a ambas chicas.

—Yo...tal vez, realmente no sé que también lo haría, no sé qué tocan para sus practicas —señaló el salón vacío, pero la mayor hizo un gesto con la mano, quitando importancia y sacó de encima del piano uno de los libros para entregárselo a él.

—Traje muchas partituras para el piano, puedes aprenderlas, claro, si quieres.

—No es tanto, la verdad —dijo Carter—. Solo son algunas horas, tres veces por semana, bueno, sin contar las horas extra de algunos en fin de semana, pero casi siempre usamos música grabada en esas.

—Pero estoy contemplando hacer pruebas para el equipo de Quidditch, no sé aún si entraré...

—¿Gryffindor, cierto? —preguntó la mayor.

Alguien los interrumpió de contestar.

—¡Lo son! —escuchó exclamar, al asomarse, encontró a Percy Weasley sentado en el suelo y con libros y pergaminos rodeándolo.

—Entonces Oliver Wood sería tu capitán —dijo ella, por lo que deducía, era Penélope— lo conozco bien, es algo intenso...

—Yo le diría dedicado —corrigió Wes.

SIGN OF THE TIMES [Harry Potter]¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora