IX || La carta negra

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Que en paz descanse Dama Maggie Smith, jefa de la casa de gryffindor y directora de hogwarts, todos levantamos nuestras varitas por usted hoy
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Los días de otoño en el castillo se marcaban por las primeras heladas penetrando cada pasillo, bajando los grados como un trineo en picada y volviendo más gris todo a su alrededor mientras que las hojas se colaban por las entradas y ventanas abiertas.

A pesar del dichoso mensaje en la pared seguía intrigando a todos, las clases no habían cambiado en lo absoluto, aunque todos estaban evidentemente sorprendidos por el cambio de itinerario del profesor Binns solo porque dos niñas de segundo año tenían curiosidad sobre La Cámara de los Secretos -y, secretamente, algunos alumnos mayores se sintieron algo estúpidos porque no se les había ocurrido preguntarle a su profesor de historia-.

Aun con todo el ajetreo, los deportes y clubes también siguieron su movimiento habitual; Oliver Wood siguió manejando sus entrenamientos intensivos; aquellos clubes dinámicos quitaron sus fichas de ingreso como cada principio de otoño; y Penelope Clearwater trabajaron duro con todos sus bailarines.

En la última práctica de la semana siguió sus partituras notas por notas, concentrado en no fallar ninguna. Su mano izquierda había vuelto a tomar práctica, sin embargo, no se fiaba por eso y tampoco le importaba tener que batallar un poco más, pues escuchar el sonido del instrumento mientras cada tecla se hunde en sus dedos era su satisfacción.

—Bien hecho clase —alcanzó a escuchar cuando la pieza terminó, todos aquellos bailarines aplaudieron.

Wes despegó la mirada de sus partituras, visualizando ahora a todos los chicos que estaban tomando sus cosas, algunos solo cubriéndose con sus túnicas para salir rápido de ahí y otros, como Carter, quienes se vestían por encima de sus leotardos.

—Estuviste increíble, Black —dijo Penelope, mientras dejaba algunas cosas en la cola del piano.

—Ah, gracias, creo —respondió con una sonrisa ladina.

—La próxima semana les di a mis chicos en jueves libre —notificó a la prefecta. Wes asintió—, ya ​​sabes, el juego nos mantiene entusiastas y por alguna razón su casa y Slytherin siempre hacen que los juegos se vuelvan más brutales.

—Es una rivalidad de varios siglos —dijo él—. En un mundo perfecto todo se arreglaría en el campo de juego, pero no es del todo así, como sea, se hace lo que se puede.

—Ambas casas igual de tercas —La Ravenclaw rodó los ojos con diversión.

—Hola, Percy —dijo Carter al prefecto de gryffindor, quien entró al salón.

—Chrissy.

—Te dejo —dijo Penélope.

Wes asintió, guardando sus cosas en su mochila.

Por su lado, Chrissy se ponía sus botas en el suelo, observando de reojo al pelinegro.

—Tienes talento, Black —soltó ella.

Wes alzó la cabeza, como si no estuviera seguro de que al que hablaban era él.

—¿En... en serio? — preguntó tentativo.

Chrissy asintió de inmediato.

—Apenas y parece que escuchas la pieza que pide Penelope —dijo amigable—. Es como si te encerraras en tu mundo, solo con tu piano y nadie más pudiera entrar.

—Es raro.

—Es una pasión.

Wes agachó la mirada, pensando en aquello.

SIGN OF THE TIMES [Harry Potter]¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora