CAPITULO 2

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Un mes. No había transcurrido más de un mes desde que comenzaron las clases y ya Wednesday había demostrado un punto.

Bueno, dos.

Primero. Era ella, junto con varios chicos, el objetivo de burlas en el salón. Y segundo, Enid y sus amigas eran unas idiotas, siempre la fastidiaban. No todo el tiempo era la rubia quien lo hacía, pero sí su amigas y Enid solo se reía de Wednesday. Bianca, aunque nunca se hubieran metido con ella por su gran carácter, siempre permanecía con Wednesday y Divina, para que así no las molestaran más de lo debido.

Divina Watson. Era una chica que Wednesday había conocido en el baño, cuando terminó embarrada de sopa. Un chico le había jugado una broma a la hora del almuerzo.

Bianca faltó ese día a clases y por esa razón estaba sola, o eso pensó, hasta que escuchó unos débiles sollozos provenientes del baño y descubrió a una chica castaña sentada en el piso. Se colocó junto a ella. También tenía el cabello mojado y permanecieron en silencio, hasta que Wednesday habló.

-¿Qué te hicieron?

- Metieron mi cabeza al inodoro - le sorprendió, ya que las chicas de su salón eran malas pero no llegaban a tales extremos. - Fueron los de quinto - aclaró, al ver la mirada horrorizada de Wednesday.

Ella suspiró, pensando estúpidamente que Enid era mala pero tampoco tanto. Se regañó mentalmente por pensar en ella. ¿Por qué le sucedía?

- Oh, ya veo
- Tú? - le preguntó, detallando en su camisa manchada, un líquido espeso.

- Sopa de champiñones - arrugó la nariz y después olfateo la tela - Lo peor es que odio los champiñones - la chica soltó una risa débil.

-¿Cómo te llamas?

- Divina Watson, pero puedes decirme Div ¿Y tú?- preguntó, estrechando su mano.

- Wednesday Addams.

Eso fue hacia unas dos semanas atrás y las chicas inmediato hicieron clic. Le presentó a su compañera y ahora las tres eran un trio de amigas inseparables. Si alguien intentaba molestarlas, salía Bianca en su defensa e incluso dejaba en ridículo al mismo abusivo. Por ello Wednesday y Divina la adoraban.

Por hoy, sus dos amigas se encontraban en clases de arte mientras ella veía historia. Se hallaba guardando unos libros en su casillero cuando observó una libreta azúl en el piso. La recogió y pensó que era similar a la de Enid. Ella sabía que era estúpido pero, siempre que la rubia estaba cerca, Wednesday no podía evitar mirarla.

Por esta simple razón podría asegurar que esa libreta debía pertenecer a Enid Sinclair, la rubia cargaba con ella todo el tiempo. Escuchó unos pasos apresurados por el pasillo, acercándose, y una voz hablándole.

- ¡Oye, eso es mío!- reconoció la voz de la rubia y se volvió para mirarla. Allí estaba frente a ella y pasaba sus ojos de la libreta al rostro de Wednesday - Devuélvemela - pidió, muy autoritaria.

A Wednesday le molestó un poco su tono de voz, pero prefería no hacerla enojar. Verá dios que le hacían ella y sus amigas si no se la entregaba. Al recibirla, Enid la abrazó contra su pecho y suspiró, aliviada después clavó sus ojos claros en Wedneseay, muy severamente.

- ¿Qué hacías con mi libreta?- preguntó de forma acusatoria y la pelinegra arqueó una ceja.

- ¿Yo? Nada. Sólo la encontré en el suelo - dijo, observando con irritación los ojos azules, le fastidiaba saber que la ponían nerviosa.
- Oh, claro. Y sobre todo, yo te voy a creer- replicó sarcásticamente, los ojos de Wednesday prácticamente estaban en llamas.

Wenclair - RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora