EXTRA 7

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-¿Llevas dinero para el almuerzo?-preguntó su madre, por quinta vez.

Enid rodó los ojos, divertida por la preocupación de su madre.

-Si, mamá. Descuida, tengo prisa, voy tarde - recordó al ver la hora en su móvil.

Faltaban veinte minutos para entrar a clases, si quería llegar a tiempo y llevar a Yoko, todo a la vez. Era mejor apurarse.

-¿Eni? - preguntó la pequeña Susan, desayunaba junto a su padre mientras sonreía a su hermana -¿Cuándo viene Nuggets? Lleva mucho tiempo sin jugar conmigo - hizo puchero.

Enid frunció los labios, divertida, colgándose la cartera del hombro y comiendo una galleta del tarro sobre el refrigerador. Ella comía las veinticuatro horas del día, no se cansaba.

-La has visto hace dos días, cuando llegó de sorpresa con Joy - apuntó, sonriendo aún por el agradable recuerdo de aquella tarde.

Ver a Wednesday con su hermana menor era de sus actividades favoritas, le parecían súper tiernas. Incluso, el fondo de pantalla de su móvil era una foto de Wednesday y Susan posando, la pelinegra hacia una mueca graciosa mientras la niña le daba un beso en la mejilla. Si en algún momento del día sentía la necesidad de ver a sus dos personas preferidas, solo bastaba con desbloquear el aparato y allí estaban ¡Era perfecto!

-Eh, no. Ya van... Mmm - la niña dejó de comer para contar con los dedos, como le enseñaron en la escuela -Van ochenta y dos horas, desde que no veo a Nuggets - las matemáticas no eran su fuerte.

-Son cuarenta y ocho horas, enana - la corrigió.

-Como sea - la niña rodó los ojos, Enid le daba la razón a su chica, a veces Susan se parecía tanto a ella que daba miedo -El punto, es que no la veo hace muchísimas horas, seguro ella me extraña - dijo completamente segura.

¿Lo peor de todo? Enis sabía que su hermana tenía razón, Wednesday vivía preguntando por la pequeña niña y jugando con ella, cada vez que podía.

-Bah, no creo - bromeó, le mostró la lengua a una Susan con el ceño fruncido -Me extraña más a mí - aseguró. -¡Mentira! Tú eres fea, yo soy linda, claro que me extraña más a mí - movió la mano, como si Enid fuera inferior.

Su madre las observaba, sonriendo, mientras colocaba más sándwiches en el plato de su esposo. Se dieron una mirada dulce, al parecer hoy alguien no dormiría en el sofá.

-¿Fea? ¿Yo? - Enid colocó una mano en su pecho, riendo con gracia-. Soy increíble, tus celos me dan ternura - apretó las mejillas de su hermanita, esta se revolvió lejos de sus manos.

-¡No estoy celosa! - comprobado científicamente, estas dos son hermanas y nadie puede negarlo.

-Por favor, todos piensan así - estaba bromeando, su hermanita indignada era un acto digno de ver. Fue por la cocina, hablándole, mágicamente una manzana estaba en sus manos y le daba un mordisco - Hasta Wednesday, ella piensa que soy hermosa - sonrío como tonta, recordando que la pálida se encargaba de remarcarle lo perfecta que era, cada vez que tenía oportunidad.

James quiso hacer un comentario de padre celoso, bastó una mirada fulminante de su esposa, para hacerlo callar. Suficientes experiencias traumáticas con una Sinclair enojada, para el resto del año.

-¿Nuggets? - la niña achicó los ojos, confundida, Enid cubrió su boca para no reír.

¡Por dios, esa reacción fue tan Wednesday Addams! Al parecer la pequeña niña era una combinación de ambas, como si fuera su propia hija, el corazón de Enid se hinchó de felicidad ante la idea.

-Sí, enana - terminó la manzana, antes de que su madre tuviera tiempo de esconderlo, se robó un sándwich de la bandeja -¿Cómo creías que se llamaba? - dio un mordisco ¡Qué bueno estaba el queso derretido!

Wenclair - RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora