EXTRA FINAL

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-¿Las estás mirando, Yoko? - la rubia reclamaba a su amiga, las dos entrenando en el campo de fútbol
—¡Yoko!

La pelinegra dejó de estirar para darle la atención a su mejor amiga.

-¿No ves que estoy ocupada, aquí? - señaló la posición en la cual se encontraba, con la pierna estirada hasta arriba al igual que un gato

Enid apretó los labios, señalando a las gradas, nada feliz por la falta de interés.

-¡Lo mío es más importante! - rectificó, clavando sus ojos en el pequeño grupito de tercer año
— ¡Sólo míralas, parecen buitres!

Yoko decidió obedecer a su amiga, para que dejara el berrinche. Llevaba una hora soportando las quejas interminables de la rubia sobre las niñitas en las gradas que rondaban a su novia.

Si, eso. Enid y Wednesday llevaban un tiempo de novias, prácticamente meses. Ahora las dos cursaban su último año en la secundaria, habían iniciado clases tan solo hace unas dos semanas. La rubia se sentía nostálgica al pensar que este año se graduarían. Pero, Wednesday. Era una novia creativa, cariñosa, atenta, inteligente, hermosa, perfecta, con ojos más profundos que... Enid podía durar horas enumerando cada virtud que amaba de su novia. Y era sexy, no mal interpreten. Enid siempre la había considerado atractiva, pero últimamente las personas comenzaban a notarlo también, exageradamente.

La rubia maldecía el día en que no detuvo a su novia, cuando Wednesday quiso iniciar una clase de Pilates en el gimnasio cercano a su casa, se arrepiente. Antes, apoyó la idea por el simple hecho de que para ella todo lo que hacía Wednesday le salía bien y además, así podría ver su abdomen aún más marcado.

Ahora, sabe que fue un error. Ya que la pálida había adquirido un cuerpo atlético muy provocativo, sonreía y sus ojos brillaban todo el tiempo. Enid sabía tanta alegría de su novia era por ella pero hacía parecer a Wednesday más atractiva de lo estrictamente prohibido y eso no leagradaba ni un poco.

No por ella, claro que no. Enid seguía enamorada hasta la médula de esa chica de ojos cafés. Era por las chicas, chicos y más chicas, por todas partes. ¡Se multiplicaban como conejos!

Acosaban a la pobre Wednesday de arriba para abajo, sin importarles si quiera o parecer tener consciencia de que la pelinegra tenía una novia muy celosa y que en cualquier momento podrían sufrir una muerte "accidental".

O sea ¿Desde cuándo asistían tantas chicas lesbianas a su instituto? ¿Era posible o sólo se les caía la tanga por Wednesday? ¡Qué rabia! Enid no se preocupaba tanto por Wednesday, la chica respiraba y sonreía por ella solamente, obvio. Aun así, no podía evitar sentir la sangre hervirle en las venas y los impulsos homicidas acudir a ella, al verla cerca de chicas que obviamente querían llevársela a la cama.

Nuevamente en Yoko. La asiática entrecerró los ojos, ubicando al grupo de Wednesday en las gradas más cercanas. Wednesday reía con Divina (Yoko sonrió como idiota al verla) mientras que un grupo de... cinco chicas, contó, intentaban charlar con Wednesday. Enid esperaba, con las manos en la cadera, sin importarle un poco el estiramiento. Primero su novia, antes que todo.

-¿Ves? ¿Verdad que son unas zorras? -fulminó con los ojos a las chicas, considerando terminar temprano el entrenamiento y darle una severa charla de protección contra acosadoras a Wednesday.

-Son menores que nosotras - declaró la chica de ojos verdes y era cierto, esas chicas tenían quince años.

-Dale, entonces son unas zorritas-dijo Enid sarcásticamente, nada conforme por la tranquilidad de su amiga —¡No actúan como tal! ¿Acaso estas ciegas? ¡Miran a Wednesday como si fuera... no sé, algo comestible! -alzó los brazos, necesitando consuelo.

Wenclair - RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora