𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 VI

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—¡Aizawa! ¡¿Qué sucede?! —Mic gritaría sorprendido e igual de asustado al ver lo que le pasó a su amigo— ¡Por favor responde! ¡No es gracioso!

Pero nada, tanto Aizawa como Izuku no daban respuesta, estaban "desmayados".
—Mierda mierda... ¡¿Por qué no preste atención a las clases de primeros auxilios?! ¿Qué hago?

—Oye, Mic. ¿Me oyes? —se escuchó la voz del director a través del celular. Apurado, el rubio se puso el dispositivo electrónico sobre su oreja y dijo:

—¡Si, si! ¡Apúrese! Algo extraño sucedió y los dos están desmayados.

—Voy en camino. Yo te diré que hacer si algo sucede, tú mantenme pendiente.

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𝕮𝖆𝖒𝖇𝖎𝖔 𝖉𝖊 𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖆𝖗𝖎𝖔.
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—¿No apareció? —kokushibo dijo, y el resto de sus compañeros de menor rango respondieron con una negativa. Confundido y enojado, le dirige la palabra a la mujer del grupo— Nakime, ¿pudiste encontrarlo? —preguntaría, pero terminaría sin recibir respuesta alguna.

Al percatarse de eso, él nota el estado de la mujer, estaba más distraída que nunca.
—Nakime —dijo al tocar su hombro.

Ella sale de sus "pensamientos" y voltea su cabeza asustada:
—¿Qué sucede? —preguntó ella.

—Preguntó sí encontraste a Hantengu-dono —contestó Douma.

—Haré otro intento, denme un momen... ¡Esperen! Hay otra presencia en la fortaleza.

—Llévanos con él —acatando la orden, Nakime tocó su biwa, y todos buscaron con la mirada en sus alrededores… solo para encontrarse con las mismas paredes de la fortaleza sin cambio alguno. Osea, no se habían teletransportado.

—¿Dónde está? —dijo Gyutaro al aire. Pero todos se desconcertaron al escuchar sonar el biwa por más de una segunda vez.

En esa, Douma decide llamar su atención diciéndole:
—¿Es alguna especie de melodía?

—¡No es una melodía! —dijo alterada, raro en ella— Estoy tratando de teletransportarlos.

—Deberías calmarte —diría kokushibo— Dinos por donde está el intruso.

—Está por ahí —dijo la chica biwa apuntando a cierta dirección con su dedo— A unos cuantos kilómetros por delante.

Al saber donde tenían que ir, la mayoría de lunas desaparecieron en un borrón de velocidad, exceptuando por una.
—Oye Nakime —dijo llamando su atención.
—¿Qué sucede, Gyokko? —pregunta con cierto apise de cansancio.

—Juju cada vez estás peor, nunca ví a un demonio en ese estado juju… ¿eh? Ten cuidado que te vas a caer.

—V-Ve al punto —dijo usando su instrumento como bastón.

—Solo quería decirte que tengas cuidado. Estando aquí en la fortaleza tantos años encerrado me aburrió bastante, más sin tener piezas nuevas en las que trabajar mi arte. Juju a lo que voy es que usaba mis peces para distraerme, intenté recorrer toda la fortaleza, es obvio que me fue imposible...

—¿Qué quieres insinuar? —interrumpió la chica.

—Puedo sentir cuando usas tu habilidad, mis peces pueden sentir los movimientos sísmicos cuando mueves los cuartos. En este preciso momento que no puedes usar tu técnica de sangre, los cuartos se están moviendo. Como si fuera un camino, con mayor intensidad, esos movimientos están llegando hasta aquí.

Quirk Demoníaco [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora