Quirk Demoníaco [reescribiendo]

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 XVII

Izuku se encontraba descansando pacientemente en su asiento. Se había levantado temprano para empezar con todas las buenas vibras del mundo, sin ocultar sus ansias para que empiecen las clases.

En ese momento nuestro protagonista empezó a escuchar pasos acercándose, eso lo emocionó. En instantes conocería a su primer compañero, y a tan solo un par de segundos...

—Buenos días compañero, un gusto en conocerte —Izuku dijo apenas él abrió la gran puerta que daba al salón.

Este lo miró confundido.
—¿Cómo llegaste antes que yo? Me aseguré de ser el primero en llegar —decía mientras iba a sentarse a uno de los pupitres.

—Duermo aquí —comentó con una sonrisa ante la mirada desconfiada del chico. Luego de mirarlo de reojo simplemente miró al frente mientras ignoraba al peliverde— Oye, no me ignores, es aburrido esperar aquí sentado. Al menos dime tú nombre, no seas así...

Cansado por su insistencia, suspiró y dijo:
—Shoto Todoroki. Vengo a ser un héroe, no hacer amigos. Sí quieres amigos, hazlo con ellos —dijo apuntando hacia la entrada mientras una estampida de pisadas se escuchaba acercándose.

—¡Hola! —dijo un pelirrojo de puntas puntiagudas al entrar— ¿Cómo llegaron tan temprano? Yo tuve que pedir indicaciones.

—¡Muy buenos días! —dijo el mismo peliazul de lentes de la semana pasada en el día del examen— ¡Espero que podamos llevarnos bien en nuestra jornada estudiantil!

—Con permiso —dijo una chica pelinegra de grandes atributos llegando por detrás de los chicos.

—¡Oye, tú! —Iida dijo yendo hacia Izuku de forma robótica— Lo siento mucho —dice inclinándose, apenado— Creo que aún me queda mucho por aprender...

Ante esa acción, Izuku parpadeó un poco confundido.
—¿De qué hablas? —diría el peliverde haciéndole gestos con las manos para que se calmase.

—De que descubriste que había más que un examen práctico —dijo subiendo la cabeza algo apenado— No tenía idea, ¡te juzgué mal! Odio admitirlo, pero eres mucho mejor que yo —admitió su derrota poniendo una cara de frustración ante Izuku.

—Ahh eso… —no sabía que decir— No pasa nada, supongo que todos debemos aprender cosas que no sabemos —decía Izuku mientras festejaba por dentro, ya que dijo algo no tonto sin saber lo que pensaba— Cambiando de tema. ¿Cómo te llamas?

—¡Oh, cierto! ¡Disculpa mis modales! Soy Tenya Iida, de la escuela privada somei. ¡Un gusto!

—¡El gusto es mío, puedes llamarme Izuku! Por cierto, el lugar no tardó en llenarse de gente, ¿no crees?

—Es normal, la clase ya debería estar a punto de iniciar y... —pero Iida se detuvo al ver a un delincuente cerca suyo— ¡Oye! ¡Quita tus pies de la mesa!

—¡¿Eh?! ¡¿Tú quién eres?! —gritó cierto rubio de melena espinosa.

—¡Soy Tenya Iida, de la escuela somei! —dijo el chico acercándose de manera robotizada hacia su compañero— ¡Y deberías bajar los pies de la mesa! ¡Sería una deshonra para los que trabajaron tan duro en construir esa mesa!

—¿Uno de la elite? Normalmente diría que sería divertido aplastarte, pero tengo asuntos pendientes —le decía para al último momento desviar la mirada hacia Izuku. Haciendo que estos dos choquen miradas.

A su vez, la puerta fue abierta nuevamente...
—¡Oh, eres tú! —dijo una pelicastaña de rubor permanente al entrar al salón.

—¿Eh? —soltó Izuku volteandose— Ah, hola de nuevo. ¿Ya estás mejor? —Izuku dijo saludando.