XII

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Estabas recostada en el suelo con la mirada fija en el techo, tratando de pensar en tu única alternativa, él era el único Sano que te faltaba, pues no podías usar la Ouija para contactarte con Shinichiro y entrando ya en razón no creías que los muertos escribieran notas y mandaran dulces.

Entonces él debía ser, eso explicaría el por qué Emma escondía que sabía que conocía a tu admirador, seguramente él se lo pidió y si mal no recuerdas en una de sus notas decía que había utilizado la lata del perfume nuevo de su hermana.

En ese momento debió explicarle el por qué la necesitaba.

Así que si no estabas mal, tu admirador no era nadie más que Manjiro Sano, o como solían decirle de cariño, Mikey.

Es que eras asombrosa, debían de contactarte como detective.

Pero ahora necesitabas algo con que confirmar tu versión, y para eso necesitabas que él te lo dijera en la cara.

— Aaaaaaaah le gusto a Mikey — dijiste para ti misma mientras te ponías la almohada en el rostro — Qué emocióooon — moviste tus piernas de un lado a otro.

— Pero...Yo no puedo ir y decirle que me gusta así de la nada, yo quiero que él me lo diga a mí — mencionaste mientras arrugabas la nariz, removiendo la almohada para descubrir tu cara solo mostrando tus ojos

Pues debías pensar la manera de hacer que se te confesara primero, pues... él comenzó esto ¿Cierto? Pues que él lo acabe.

Debías pensar en algo y ya sabías justamente que harías.

Caramelo || Sano Manjiro x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora