CAPÍTULO 8

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En medio de la multitud, Shinobu se detuvo y fijó su mirada en el cielo; sintió una preocupación enorme aflorando en su interior, Zen no dejaba de agitar sus alas; su concentración estaba en aquel punto del cielo.

-¡Mira por aqui hay otra tienda!- La voz de Mitsuri hizo qie toda su atención fuera hacia aquella dama vestida de negro.

-Vamos- Sonrió Shinobu olvidándose por completo de aquella preocupación que sintió hace unos instantes.

Ambas entraron a una tienda de pinturas naturales, habían pinturas de diferentes tonos, lienzos de diferentes tamaños y pinceles profesionales; además que también estaba un joven viendo entre diferentes tonos de pintura verde.

-¡Obanai! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!- Gritó emocionada Mitsuri.

El joven volvió a ver y la mirada seria que tenía hace un instante cambió a una sonrisa.

-Señorita Kanroji es un placer- Saludo el joven.

-Mucho gusto y ella es mi amiga Shinobu y el pequeño Zen- Mitsuri los presentó; Obanai los saludo con la misma sonrisa y les presento a Kaburamaru su compañero serpiente.

-¿Qué haces por aquí Obanai? Creí que estarías en Azedia- Dijo Mitsuri.

-Si estuve, me encargaron una pintura y vine lo más rápido que pude a la capital para comprar algunas pinturas … pero, estoy teniendo problemas para escoger el tipo de verde que llevaré- Explicó Obanai.

-Ah- Musitó Mitsuri.

-Deberías llevar el verde manzana, sirve para pintar los reflejos en los ojos- Sugirió Shinobu.

-¿Enserio? Yo estaba pensando en llevar el verde esmeralda- Dijo Obanai.

-Se arruinaria, el esmeralda es más oscuro … aunque podría funcionar si lo combinas con un verde más claro- Dijo Shinobu.

-Estas en lo correcto, bueno en ese caso creo que llevaré estas dos- Levantó los botes de pintura, sonrió y fue a pagar.

-Mira Shinobu encontré este bonito cuaderno de dibujó- Hablo Mitsuri y le enseñó lo que había conseguido.

-Vamos a pagar por él- Sonrió Shinobu.

Ambas fueron a la caja y vieron a Obanai cargándose varias cosas de pintura.

-Bueno, ya está todo listo- suspiro el joven de azabache.

-¡Adiós Obanai!- gritó la dama de cabellos fantasía.

Obanai movió su mano en señal de despedida, luego salió de la tienda; Shinobu sonrió y junto a Mitsuri pagaron por aquel cuaderno de dibujó.

***

El joven azabache tomó una carreta para transportarse y llegar más rápido a su casa; su mente divagaba en los sentimientos que debería ponerle a su nueva pintura, suspiró y tiró su cabeza hacia atrás.

Ahora mismo también le invadía un sentimiento de curiosidad por la nueva amiga de la que alguna vez había sido su jefa; la carreta se detuvo bruscamente, Obanai se exaltó y algo molesto salió para confrontar al chofer del transporte.

-¡Oiga! ¿¡que demonios sucede!?- grito el azabache mientras se acercaba al lugar del conductor.

Quedó completamente helado al ver a un muchacho tirado justo frente a la carreta, los caballos estaban agitados y el viejo conductor intentaba calmarlos.

-¡Oh no! ¡¡debemos llevarlo a algún centro médico!!- grito escandalizado, se acercó con rapidez a ver el estado del chico.

-¡No lo toques! ¿¡Que acaso no lo ves!? ¡es un ángel!- gritó el anciano

Obanai volteo a ver al viejo y luego de regreso al muchacho; no sabía qué hacer, pero algo en su interior lo empujaba a hacer una locura.

Volvió rápidamente a la carreta y sacó todas sus cosas; tomó una profunda respiración, corrió lo más rápido que pudo y cargo al muchacho en sus brazos, con la misma salió con rapidez del alcance del viejo conductor. Su casa no estaba tan lejos, luego de correr por unos cuantos minutos más, se detuvo; tomó grandes bocanadas de aire y caminó esta vez con más tranquilidad, miro por un momento al chico que llevaba en brazos; el chico era bastante hermoso, Obanai suspiro y lo llevó a su casa.

Dentro ya de la pequeña cabaña recostó al chico en su cama y lo examinó más de cerca; no eran mentira las palabras del viejo, efectivamente el chico que había rescatado era un ángel; Obanai se giró y pensó que podría hacerle algo de comida.

***

Media hora más tarde el chico se había despertado y estaba comiendo toda la comida que el azabache cocinó.

-Gracias, por la comida y cuidarme- habló el pequeño ángel. 

-De nada … y bueno … ¿vas a decirme quien eres?- Preguntó Obanai.

-Mi nombre es Tanjiro- respondió con una gran sonrisa.

-Eres un ángel ¿no es así?- interrogó nuevamente aunque ya sabía la respuesta.

-¡Si!- respondió nuevamente con una alegría radiante.

Obanai sonrió, y fue a alistar algunas cosas para pintar el cuadro que le habían encargado; Tanjiro, curioso fue a ver lo que el joven hacía, se sorprendió cuando este se sentó frente a un gran lienzo y comenzó a dar suaves trazos con un lápiz de carbón. 

-Waaaooo ¿¡tú haces todo esto!?- Habló Tanjiro muy emocionado.

-Así es- respondió algo cortante, pero el pequeño ángel seguía embobado con los trazos que hacía el azabache.

Obanai se giró a ver al ángel, el chico parecía un niño pequeño al ver todos y cada uno de los cuadros que el azabache había pintado; a Obanai se le ocurrió una idea, dejó el lápiz un rato y miró al chico que admiraba sus pinturas.

-¿Quieres pintar algo también?- Pregunto.

Tanjiro se sorprendió y un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas.

-¡Si!- respondió emocionado el pequeño ángel.

El azabache buscó entre sus cosas otro lienzo y un lápiz de grafito, al encontrarlas se las dio al joven ángel.

-¿Que podría pintar?- se preguntó en voz alta Tanjiro.

Obanai lo vio con ternura y soltó una risilla; Tanjiro se giró a verlo y le sonrió. 

-¡Lo pintaré a usted!- anunció muy emocionado y comenzó dibujando en su lienzo un suave boceto del joven azabache.

****

Kanae estaba demasiado preocupada denuevo; ya había pasado algo de tres horas y Tanjiro no aparecía, Kanao lo había ido a buscar en los lugares que ellos frecuentaban para jugar o distraerse pero en ninguno de ellos estaba su querido amigo.

Ya desesperada, Kanae llamó a Sanemi; él no se tardó en hacer presencia junto a Giyuu.

-Aún no aparece ¿puedes ir a buscarlo Sanemi?- Hablo alterada la pobre ángel. 

-Desplegare a todo mi equipo … y también  traeremos a tu hermana, lo prometo- Con esto dicho el peliblanco salió volando a toda velocidad.

-Lo buscaré sin descanso- Hablo inexpresivamente el joven Tomioka y salió volando de igual manera.

Kanao vio desde su habitación la escena, ella tampoco se quedaría de brazos cruzados, tomó una enorme bolsa y llenó varias cosas; ella sabía algo … si Tanjiro no estaba en el cielo … era posible que estuviera en la tierra.

Ya con todo listo salió sin hacer mucho ruido aunque antes escuchó los sollozos de Kanae, tomó aire … ella encontraría a Tanjiro sin importar que.

HIMITSU - KURO NO CHIKAI (SHINOMITSU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora