33. cumpleaños³

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- !Feliz cumpleaños!

- FELIZ CUMPLEAÑOS A TI TAMBIÉN.

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS NATI!

- !Feliz cumpleaños.

Los más pequeños se colgaron de la adulta como monitos, justo a tiempo para que Alba capturase el momento con la cámara de fotos.

- hola.- dijo quitando la vista de la cámara, con la sonrisa tonta.

Apenas la vio, hizo un par de pasos, aún con los pequeños colgando de su cintura.

- ¿esto es para nosotros?- Olivia las obligó a cortar el contacto visual que llevaba varios segundos entre ambas.

- ¿eh? Ah, sí.- les tendió ambas bolsas.

- son... esta es más grande pero tiene lo mismo.- dijo dubitativa, como nerviosa.

- BUAH, ¡MIRA MAMI!- Olivia mostró una muñequita nueva, en su caja, muy distinta a todas las que tenía la pequeña, con un tutú de bailarina color rosa.

- ¡Y LA MÍA!- Ander levantó una muñeca igual, pero con otro peinado y el tutú violeta.

-¡Oli, Andy!- la voz de una niña reclamó la atención de los pequeños que estaban dispuestos a echar a correr a mostrar sus nuevas adquisiciones, de no ser por que su madre se los impidió.

- ¿oigan y a Nat no le vais a decir nada?

Derraparon en el suelo encerado de la casa de Miguel Ángel, al intentar frenar de repente.

- GRACIAS NATI- volvieron abrazarla, el abrazo más corto y enérgico de su vida, pues enseguida tomaron carrera junto al resto de pequeños.

- también hay... libros y una pelota hinchable.- dijo sin la esperanza de que la escuchen.

Alba rió.

- no te preocupes, están eufóricos, seguro más tarde los abren. Ven, vamos a guardar tu abrigo.- dijo tomando su mano y guiándola escaleras arriba, dónde se encontraba la antigua habitación de Marina y Alba, lo supo en cuanto la vio; las paredes con el empapelado Rosado, La lámpara con flores y por si no quedaba claro, una foto de ambas sobre el escritorio, que separaba ambas camas; una de ellas, repleta de abrigos de los invitados y bolsas, y cajas envueltas en papel de regalo. La rubia le ayudó a quitarse su abrigo y dejó los regalos junto con el resto.

- Nat... te había dicho que no les compres nada.- le sabía mal que gastase tanto dinero cuando podría estar ahorrándolos para un piso o incluso para ver a su familia o a Blaya que en poco tiempo partiría devuelta a Murcia.

- no los compré, tranquila...- Natalia la rodeó por la cintura y la saludó en condiciones, con un par de besos.- las muñecas me las ha enviado mi hermana, eran mías pero nunca las he abierto.

- ¿por qué?- Alba frunció el ceño, un poco esperando la respuesta.

Natalia solo se encogió de hombros.

- era una friki de niña... los libros son de canciones para la guitarra, fue lo primero que yo he tocado, y la pelota hinchable no tengo ni puta idea de donde ha salido, estaba en la guantera de la furgo, tengo un inflador si necesitas.

- alba negó con la cabeza- eres la mejor.- se puso de puntitas para alcanzar sus labios, apoyándose en sus hombros para no perder el equilibrio.

- cuidado con...

- ah cierto. ¿Cómo ha ido eso?

- muy bien- se le llenaron las pupilas de emoción y Alba supo que le había atinado a su regalo.- puedo ver?.

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