15. Asesinato

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Después de casi una hora sin hacer nada por mi anterior conversación con Erlendur, decidí que ya era hora de ponerme en la fila y seguir tirando de las cuerdas que movían los barcos. No podía permitirme un humor de perros a causa de su inconsciencia.

Apenas estuve diez minutos ayudando al resto cuando entonces la vi; distinguí el cabello rubio platino de Torvi avanzar entre la gente. De la comisura de sus labios caía un hilo de sangre y con una de sus manos agarraba la ballesta de Erlendur con firmeza. Parecía a punto de quebrarse. Mi mente unió hilos y deseé equivocarme, pero aun así me apresuré a seguirla, guardando la distancia por precaución. No fue hasta que Torvi se detuvo delante de Björn que entendí que le habían encomendado la misión de matar al hijo de Ragnar de inmediato.

- No va a ser capaz. – murmuré para mis adentros.

Distinguí a Erlendur a una distancia moderada de Torvi. No quería perderse la oportunidad de ver ese asesinato desde la mejor perspectiva posible. Mi corazón iba tan rápido, temeroso del desenlace, que me costó reaccionar, pero cuando lo hice agarré el primer arma que mis ojos encontraron y que más cerca de mí tenía: una hacha más bien pequeña que algún vikingo habría dejado olvidada clavada en un tocón. No quería usarla, pero más me aterraba lo que pudiera suceder si no estaba preparada. Segundos más tarde, Torvi elevó la ballesta para apuntar a Björn, pero acto seguido se giró hacia atrás, justo hacia donde se encontraba Erlendur. Lo sabía; sabía que no podría.

No le di oportunidad de apretar el gatillo pues lancé hacia ella el hacha sin pensar en las consecuencias. Lo hice como si me fuese la vida en ello, aunque no era precisamente la mía la que estaba en juego. Mi puntería no me defraudó, sino que el hacha se clavó en el centro del pecho de Torvi. Su vista se posó sobre la mía como buscando a su atacante, descubriendo por primera vez que yo había estado observando todos sus movimientos unos metros a su izquierda. Su ropa comenzó a cubrirse de un rojo carmesí y más sangre emanó de sus labios antes de desplomarse.

Escuché a Björn gritar el nombre de su concubina, pero yo tenía mi vista clavada en Erlendur, quien estaba inmóvil en su sitio. Debía de haber visto la muerte tan de cerca que no podía reaccionar, pero sí fue capaz de girar su rostro hasta mí, comprobando que había sido yo quien le había salvado la vida. El caso es que, al igual que él y un cuantioso número de vikingos, Björn también se había dado cuenta de que yo era la culpable.

Cuando el invencible hijo de Ragnar Lothbrok sacó su propia hacha de su cinturón y caminó amenazadoramente hacia mí, supe que estaba muerta. No había forma posible de huir de él, ni tampoco de defenderme. Sin que rompiésemos el contacto visual, alzó su afilada y potente arma mas una espada desconocida se interpuso en su camino hacia mi esternón. Ambos nos sorprendimos ante ese inesperado giro de los acontecimientos, comprobando al momento que mi salvador era ni más ni menos que Harald, respaldado por Halfdan.

- No queremos más muertes en el campamento. – anunció Harald, lo que sin duda consiguió cabrear a Björn, quien forcejeó con los dos hermanos hasta que estos lo inmovilizaron con sus espadas. Björn era demasiado arrogante si creía que podía vencer él solo contra ellos dos. Rendido, decidió arrojar su hacha al suelo.

- Tiene que pagar. – dijo Björn. Puede que estuviera desarmado, pero su cabreo seguía siendo incontrolable. – ¡Ha matado a Torvi! ¡¿Por qué, maldita sea, has hecho eso?!

- Porque iba a matar a Erlendur. – anuncié en voz alta, asegurándome de que hasta el último de los cuantiosos espectadores me escucharan. – Todos la habéis visto elevar la ballesta contra Björn Piel de Hierro y luego contra Erlendur. Quería evitar la muerte de cualquiera de vosotros y no he encontrado otra forma más que abatiéndola.

- Yo la he visto apuntarles. A ambos. – me apoyó Halfdan entre los murmullos que se extendieron. Mayoritariamente, podía ver que aceptaban mi explicación.

Una dríada en el Valhalla | VikingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora