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- ̗̀🔪 omnisciente ⌟
al terminar, delilah quitó rápidamente la banda de su cabeza y, otra vez, salió casi corriendo de su habitación dirigiéndose a un lugar en específico: el cobertizo en las afueras del internado. michelle le había mostrado diferentes lugares fuera del internado que quedaban en el bosque tales como el invernadero, el apiario, el cobertizo y entre otros. la pelinegra supuso que aquellos lugares no podían estar prohibidos ya que varios estudiantes necesitaban de estos.
a pasos rápidos caminó hasta el lugar demorándose menos de diez minutos en llegar. al estar frente a él, pensó en una buena excusa para no parecer loca obsesionada y tocó la gran puerta luego de unos segundos. al quedarse allí más de tres minutos esperando a que le abrieran y darse cuenta que, probablemente, nadie le abriría, dió un giro en su propio eje y, antes de dar el primer paso, la puerta de madera abriéndose tras de ella retumbó en sus oídos y una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.
⎯ ¿delilah?
⎯ ¡xavier! que casualidad.
"casualidad mis pelotas" pensó la pelinegra mientras miraba con una gran sonrisa falsa al castaño frente a ella. la chica notó que no tenía su cabello suelto, esta vez lo llevaba en una coleta que extrañamente lo hacía ver el doble de atractivo. delilah trató de disimular su cara de confusión frente a esos raros pensamientos.
⎯ ¿qué haces aquí tan tarde?
⎯ es que... michelle me dijo que su compañero de trabajo había dejado una pintura aquí y me pidió el favor de que yo lo recogiera.
xavier frunció el ceño confundido y, al notar la sangre fresca bajo la nariz de la pelinegra frente a él, supo de inmediato que estaba mintiendo, sin embargo, no se lo comentó y simplemente le dijo que nadie había dejado nada.
delilah fingió sorpresa y le pidió disculpas a xavier por interrumpir lo que estuviera haciendo. como el castaño sabía que ella quería algo, decidió invitarla a pasar.
⎯ ¿quieres entrar? ya que estás aquí, me gustaría que opines sobre el dibujo que estoy haciendo para nuestro trabajo de arte.
una gran sonrisa se dibujó en el rostro de la chica y, obviamente, no dudó ni un segundo y aceptó encantada la propuesta del ojiverde.
al entrar, un raro olor se metió en sus fosas nasales pero no dijo nada, supuso que sería por la pintura. mientras xavier le mostraba el dibujo, ella buscaba a su alrededor el retrato que había visto hace un rato, necesitaba preguntarle al castaño sobre eso.
⎯ y bueno, eso ¿qué te pareció?
al escuchar eso, la pelinegra volvió a prestarle atención al castaño frente a ella y lo miró con cara de "no escuché nada". él río negando con su cabeza y, sin previo aviso, pasó su dedo índice por debajo de la nariz de la pelinegra delicadamente quitando la sangre que había allí. de no ser por su miedo al darse cuenta que fue descubierta, la ojiverde se hubiera desmayado de los nervios al sentir el tacto cálido que el chico le había brindado.
⎯ ¿qué estás buscando de verdad?
la pelinegra sintió como la sangre subía a sus mejillas y como estas se ponían rojas en segundos. xavier tenía una estúpida sonrisa en su rostro mientras miraba fijamente a la ojiverde sonrojada frente a él.
⎯ juro que no es nada raro ⎯ se defendió ella rompiendo el contacto visual mirando hacia otro lado bastante avergonzada. ⎯
⎯ dime.
delilah tragó en seco y buscó todas las excusas posibles para explicarle al castaño que, mientras lo espiaba, había visto un dibujo de la criatura rara que la estaba atormentando esos últimos días.
⎯ yo... estaba buscando algo, se me olvidó que, y, coincidentemente, apareciste tú.
xavier asintió no muy convencido para que la chica siguiera hablando ⎯ y yo... vi, entre tus dibujos, a una criatura... un hada, para ser más específicos.
la sonrisa en los labios de xavier se esfumó rápidamente y su mirada se tornó oscura al escuchar eso ⎯ la he estado viendo, de repente mi clarividencia se controla sola y la veo a ella, no sé lo que sea, pero me da vibras raras.
xavier se levantó de repente y se dirigió a un estante que había cerca de donde ellos estaban. rebuscó en sus dibujos hasta que encontró uno, lo sacó, lo miró, y luego se lo entregó a delilah. los ojos de la chica se abrieron de par en par y miró asustada al castaño.
⎯ hace poco tuve uno de esos sueños y apareció en él, se estaba comiendo un corazón humano.
la chica cerró sus ojos con fuerza al recordar la fuerte imagen de la criatura comiéndose a ese cuerpo y las ganas de vomitar aparecieron de nuevo en su organismo.
⎯ los dos la vimos.
⎯ o sea que...
⎯ es real, hay algo haciendo eso y nosotros debemos descubrirlo.
༻♡༺
ya era un nuevo día, un nuevo día en el que a delilah no se le quitaban las ganas de querer pegarse un tiro. después de hablar eso con xavier, la curiosidad de saber que era esa cosa había aumentado en el interior de la pelinegra.
justo ahora se encontraba acostada en su cama, mirando hacia el techo, juntando, en su mente, todas las teorías e ideas para lograr sacar alguna conclusión de la situación. tres fuertes toques en la puerta interrumpieron a los pensamientos de delilah. ella miró hacia allí y vió como un papel se asomaba por debajo de esta.
la pelinegra frunció su ceño confundida y se levantó perezosamente de la cama. arrastró sus pies hasta llegar a la puerta y se agachó para recoger el papel.
"en el cobertizo hoy a las 7. xavier."
la ojiverde se confundió aún más pero, una tierna sonrisa apareció en su rostro y sintió como los nervios se apoderaban de ella. ¿qué carajos era lo que estaba sintiendo? delilah no entendía lo rara que se sentía últimamente, nunca había tenido esas extrañas emociones cosa que la preocupaba.
el resto del día, ambos adolescentes estuvieron hablando más que los días anteriores. la gran química se sentía a kilómetros pero ninguno de los dos lo notaba, el único testigo de la gran conexión que había entre ellos dos, era el exterior.
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