Dos en Uno

0 0 0
                                    

Flavia

Dijo que iba a estar cerca por si quería irme. Si aún no estaba lista para estar cerca de su lápida, que la llame.

Necesitaba verlo y procesar que ya no estaba conmigo, que tenía continuar y seguir sin papá por más emociones que experimentaba, y eso requería verlo en el cementerio a varios metros bajo de mí.

Me encontraba buscando su nombre dentro de varios muertos, no sabía con exactitud dónde se encontraba. El día que lo enterraron no pude más y me quedé junto a Ingrid todo el día, me daba agua para que despertara y no me vaya de rodillas contra el suelo.

Recuerdo su reacción, ella dijo: "Madre mía, Flavia" "Vamos por agua" busco a uno de los meseros que había en el velorio y me dieron de beber, luego permanecí con los ojos cerrados en su hombro mientras ella pasaba su mano por mi espalda.

No recuerdo bien como llegué, si llegue a comer ese día o si dormí en mi cama en el sillón, solo recuerdo que ese día en la madrugada vi a mamá cuando me levanté por agua, ella se estaba sacando el maquillaje y cuando la vi en la puerta la abrace sin decir nada y me quedé llorando media hora más hasta volver a dormirme.

Ahora estoy con una liga sobre mi reprimiendo todo lo que siento, no quiero derrumbarme antes de lo previsto, y es que duele perder a la segunda persona que te sostuvo en sus brazos cuando naciste, que estuvo contigo cuando te hacías una herida te la curaba y dejaba un beso en su lugar, tantas cosas que pase con él y mamá, luego, enterarse de que mis padres le ponían fin a su relación me dejó triste y saber las razones dolió, porque no solo le hizo a mamá sino a mí.

Cuando siento que ya no doy más con seguir caminando voy con uno de los guardias y le preguntó por mi padre y lo busca en su monitor y me da la dirección.

Sigo adelante y doblo a la derecha, cuando paso por un pequeño muro donde tenía escrito algo en letras doradas, me adentro en el lugar que tenía césped recién cortado y camino hasta llegar a la lápida número 24, me arrolló y observo lo que dice.

— Cuanto tiempo a pasado y siento que es de hace días tu muerte.

Dejo unos tulipanes en su lápida, hablo un poco de mis últimos días, como si el no estuviera aquí enterrado y estoy sólo hablando a la lápida que dice su nombre. Me trago todas las emociones que siento y estas ganas de llorar.

— ...Voy a comer a trabajar la siguiente semana y me emociona que por fin pueda trabajar en lo que me apasiona.

Una lágrima cae a su nombre, me aguanto las siguientes lágrimas, lo extrañaba, no estaba acostumbrada a ya no escuchar nada de él.

— Porque irse si tenias todo, porque no seguir luchando si aún quiero verte — otras dos lágrimas caen — te necesito padre, eres único haciendo que siga mis sueños, si te importe porque irte más de lo que te habías ido — paso saliva — otra hija, otra familia que tenías, pensé que mamá y yo éramos tus chicas favoritas. Vaya manera de conocer a la otra hija de tu padre. Quiero sanar, papá, de a pocos; pero, quiero que no me pese tanto como el primer día.

Cerré los ojos y deje que las lágrimas salieran, puse las manos en mis rodillas y me balanceaba de un lado a otro. Me levante y miré por última vez su tumba antes de hacer una cruz en el aire y besar la punta de mi dedo.

Caminé de regreso a la salida, iba a llamar a Ingrid y decirle que voy con ella centro comercial, quería relajarme.

Le dejo un mensaje.

Flavia:

Quiero que me lleves al centro comercial y me compres un Latte.

Guardo mi celular en el bolsillo trasero de los pantalones y me cruzo de brazos, tenía ganas de hacer algo o ir a dormir, o aún mejor ver una serie.

Encierro (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora