La casa con el gato en la ventana [minsung]

d i é c i s e i s

—No te veías como en la foto de los uniformes —dijo Jisung.

Minho se rio, por supuesto que si intentaba buscar al chico de la foto jamás lo habría encontrado, lo habían peinado y maquillado para esa sesión, normalmente llevaba gafas y un corte de cabello que hacía lucir enorme su cabeza, además casi nunca sonreía como en la foto.

—De todos modos, no hablamos mucho —dijo Lee, encogiéndose de hombros—, no estaba esperando que me reconocieras.

—No habría adivinado que eras tú, pero si te recuerdo —comentó Jisung, se había sentado en la cama, acariciando distraídamente a Clavo y Canela, que se acostumbraron rápido a su presencia—. Viniste a hablarme un día durante el almuerzo, dijiste que te habías llevado a los gatitos a casa y que no me preocupara, que iban a estar bien.

Minho asintió, recordando como le había tomado más de una semana reunir valor para acercarse y decirle esas dos frases, no es que Jisung le intimidara o algo, simplemente encontraba demasiado raro llegar y hablarle siendo que nunca nadie los había presentado, y Minho siempre había sido más bien tímido.

—Esperé volver a hablar contigo luego de eso, pero nunca volvimos a coincidir, supongo que luego te graduaste y yo no volví a pasar por ese callejón hasta hace poco, cuando empecé a saltarme las clases en la academia.

—Te vi un par de veces, pero no sabía qué decir así que nunca me volví a acercar —Minho confesó.

—¡Me estás diciendo que pudimos ser amigos desde mucho antes! —exclamó el menor, ofendido.

Minho se rio.

—Lo siento, si fuera bueno socializando tendría más que dos amigos y medio —dijo, aunque realmente no le importaba.

—Probablemente sea difícil de creer debido a mi desbordante carisma, pero yo tampoco tengo muchos amigos —declaró Jisung.

—¿En serio? —Minho dudó, sentándose a su lado en la cama.

Jisung se veía extrovertido y amigable, además estaba metido en un montón de clubs y actividades extraescolares, de verdad era difícil creer que no tuviera amigos.

—Me llevo bien con la gente de mi clase, y con el equipo de fútbol y los miembros del club de radio, incluso con gente de otras clases, pero no tengo ningún amigo cercano, ya sabes, alguien con quien pasar el tiempo y compartir otros intereses que no tengan que ver con la escuela, confiarle cosas, pedirle consejos.

Minho frunció el ceño.

—¿No soy yo ese amigo?

Jisung bajó la mirada hacia Canela, que acababa de saltar a su regazo, evitando hacer contacto visual con el mayor.

—No... eres diferente.

—¿Cómo soy diferente? —preguntó Lee, sentándose más cerca de él.

El menor se encogió de hombros.

—No eres como cualquier amigo.

Un denso silencio llenó la habitación después de su declaración, no un silencio incómodo solo... era como si aquellas palabras pesaran tanto que era difícil decir algo después de eso.

—¿A qué te refieres? —preguntó Minho, intentando encontrar su mirada, pero Jisung se resistía.

—P-pues eso, que no eres como otros amigos que he tenido —murmuró con nerviosismo, temeroso de revelar más de la cuenta sobre sus sentimientos.

—Pero ¿cuál es la diferencia? —insistió el mayor, apretando ligeramente su muslo con la mano, para obligarlo a mirarle.

Su tono había bajado y Jisung sintió escalofríos, el calor de su tacto viajando por todo su sistema nervioso, inundando su vientre y su pecho.

—E-es que... —farfulló, el calor se le había subido a la cabeza, haciéndole difícil pensar, retener las palabras que estaban a punto de desbordarse de su garganta en un lamentable vómito verbal—, Es que tú... tú me- cuando yo- cuando tú- c-cuando te conocí yo...

—¡Chicos, bajen a comer! —gritó el señor Lee desde el pie de la escalera.

Y Jisung saltó de la cama, casi lanzando a Canela por los aires y escapando de la habitación, bajó corriendo las escaleras tal de una carrera se tratase, dejando a Minho solo y confundido, con la gata asustada entre sus brazos.

n/a: Minho en la foto de los uniformes:

Minho en un día normal: