El funeral de Fundy había sido tranquilo.
Demasiado a su parecer.
—No quiero soltarte— susurraba Dream contra su cuello, intentando esconderse de sus líos mentales.
George intentaba mantener un equilibrio entre sostener a su amado y alistar sus maletas, se irían mañana, pero ya quería dejar todo bien hecho.
—Amor, dame espacio— pidió el heterocromatico, terminando por soltar sus cosas y agarrar con firmeza la cintura del rubio para que no se cayera.
Dream se separó apenas unos centímetros para poder mirarlo con una tenue sonrisa.
—Te noto feliz...— murmuro George, llevando una de sus manos a la mejilla del menor.
Le acaricio con delicadeza, observando cada preciosa facción del contrario, desde sus lindos ojos verdes que no alcanzaba a distinguir hasta sus hermosos labios.
Labios que no dejaban de sonreírle. Eso provocaba que su corazón latiera mil veces más rápido.
—Sigo triste...— siguió murmurando Dream, su tono de voz le delataba —yo lo quería, fueron años a su lado.
—Lo se.
—Admiro tu comprensión.
El rubio acomodó varios mechones azabaches del contrario, sin atreverse a mirarlo.
—A pesar de todo, estoy entusiasmado de salir de aquí— continuo.
Y aunque ambos deseaban irse de una vez por todas, seguían conservando un mal sabor de boca.
Punz y Sam... ¿que pasaría con ellos?
¿Y Ponk?
—No quiero dejarlos.
La voz de Dream se escuchó más rota de lo que debería.
—Ni yo... pero es lo mejor.
—¿Por que?
—Porque te quiero ver bien.
Abrazo con mas fuerza a su novio, hundiéndose en un cómodo silencio, ninguno parecía querer hablar.
Después de un rato en paz, dos golpes fuertes en la puerta los hicieron separarse. George fue quien decidió abrirla, encontrándose con dos niños tirados en el suelo que conocía muy bien.
Punz sobaba con cuidado el brazo de Sam, quizás con la caída se había lastimado.
—¿Que fue lo qué pasó?— pregunto Dream llegando a su lado.
Ambos se acercaron para ayudarles a levantarse.
—Demasiado rápido.
Fue la corta respuesta de Sam.
Los mayores se miraron con una sonrisa, iban a extrañarlos.
—¿Que tal si van a comer algo? terminaré las maletas— ofreció el pelinegro.
Dream observó a los niños, quienes parecían emocionados con la idea, así que dejó un último beso en los labios de su novio para marcharse junto a Punz y Sam.
George volvió dentro de la habitación para continuar acomodando todo lo que le faltaba.
Mientras metía algunos documentos importantes, encontró una foto que hace mucho no veía.
Ahí estaba Dream, con una sonrisa tan deslumbrante, de esas que le hacían latir el corazón. A su lado se encontraba Karl, sus ojos parecían seguir brillando aunque ahora solo fuera en una simple imagen. Y por último George.
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Feelings? [3]
FanfictionGeorge ya asumió que nunca se podrá enamorar. Dream está seguro de que si puede. •DNF