43. El Parque Griffith 🌲

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Llego apurado al departamento, he estado aguantándome las ganas de orinar por horas; apenas puedo meter la llave en la cerradura. Cuando logro abrir, veo a TN sentada en el sofá.

—Hola, amor. Tengo que... —digo sin detener mi paso al baño de la sala.

—Bill... ¡no, oye...! —me llama, levantándose de su lugar.

—Espérame —respondo al entrar y cerrar la puerta detrás de mí. Me bajo el cierre y vuelvo a respirar aliviado mientras mi vejiga se vacía. Cuando me estoy lavando las manos, algo llama mi atención al lado del jabón... Abro los ojos sorprendido al darme cuenta de lo que es... Tomo la pequeña barra y salgo con ella para ver a TN. Ella me mira y dirige su vista a la prueba entre mis dedos. —¿Algo que decirme? —inquiero luego de que ella no rompe su silencio.

—No la he visto

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—No la he visto. Estaba esperando el resultado cuando entraste.

Bajo la mirada al dispositivo y noto cómo aparece una línea en la pantalla. Se lo muestro a TN, esperando que ella me diga qué significa.

—Negativo —contesta aliviada con un suspiro.

—Ok... Ten —le devuelvo la prueba un poco confundido por el respiro que dio. Me siento en el sofá con ella y recargo mi brazo en el respaldo para verla.

—Sabes que no estoy lista. Tengo mucho que hacer antes.

—Sí, entiendo. Lo sé —le sonrío; debió percibir mi decepción por su alivio—... pero un día, ¿verdad?

—¿En serio?

—Sabes que quiero estar contigo. Ya no veo mi futuro sin ti, TN.

—Eres un cursi —sonríe al abrazarme. La cargo por las piernas, para que se siente sobre mí y froto su espalda.

—TE–A–MO —le aseguro en sus labios, mientras la beso—. Y... ya que fue negativo, ¿al menos podemos practicar cómo hacerlo?

—Eres un tonto —me contagia su risa con sus abrazos y besos.

—Amor, ¿qué habríamos hecho si hubiera sido positivo?

Ella me mira a los ojos, pensativa, callada.

—Interrumpirlo —dice finalmente, yo la miro un poco triste—... ¿Estás enojado?

—No, esa es tu decisión. Yo te habría apoyado en lo que tú decidieras.

TN se recarga en mi pecho y reparte caricias en mi cuello y mandíbula.

—Un día, Bill.

La tomo por las mejillas para mirar su rostro después de lo que dijo. Le sonrío contento; sus ojos brillan al corresponderme.

...

—Es preciosa —musito en el auto mientras espero a TN. La veo caminar junto a Rocío y otra niña afuera del Centro comunitario.

El Autor / Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora