21. Malas experiencias 😖

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No he podido dejar de pensar en Bill y en el beso que nos dimos. Cada que cierro los ojos aún puedo sentir sus labios y su respiración sobre mi piel. Nunca me había sentido tan feliz con un beso.

Cuando él me trajo a casa, George no estaba; aunque me lo haya advertido y estemos muy molestos, no quisiera que algo le pasara. Montones de sensaciones y pensamientos pasan por mi mente hasta que lo escucho llegar por la madrugada; sin embargo, no quiero lidiar con él, así que me finjo dormida.

—¿Estás despierta?... ¿TN? —noto el alcohol en su voz—. TN, despierta. —Pone su mano en mi brazo para sacudirme.

—¿Qué pasa? —inquiero molesta.

—¿Me amas? Porque... siempre que te lo digo, no me respondes, sólo lo has dicho una vez y creo... creo que fue porque te sentiste obligada.

—Estás ebrio, George. Hay que hablarlo después.

—No, ahora.

—Siempre quieres que las cosas pasen aunque no sea el momento. Y cuando deben pasar, te haces a un lado.

—Eso no es cierto. Siempre respeto tus no. Pero hoy... hoy estoy muy harto de tu no.

Su mirada enojada me asusta y me levanto de la cama.

—Creo que mejor duermo en otro lado hoy.

—¿A dónde vas de madrugada?, ¿con Bill?... ¿Tuviste un buen día con él?

—¿Por qué metes a Bill en esto?

—No sé, a lo mejor me llegó un mensaje de que te encerraste con él en su camerino. Ah, y esta foto —señala en su teléfono, una fotografía de Bill y yo, tomados de la mano, afuera de su camerino.

—Siempre estoy con él, eso nunca fue un problema para ti. ¿Quién te mandó eso?... Fue Joe, ¿verdad? ¿Todavía no lo bloqueas?

—Eso no importa. Estamos hablando de otra cosa. —Él avanza hacia mí, decidido, yo doy pasos hacia atrás para distanciarme. —¡¿Por qué te alejas?!, ¿estás asustada de mí? Jamás te haría daño... Te amo. —Lo miro fijamente, alerta, guardando silencio. —Y una vez más no respondes... Mejor yo duermo en otro lado. —Sale de la habitación... y de la casa.

Me siento tan culpable, el beso de Bill significó más que un ensayo para mí. Es como si le hubiera sido infiel a George. Pero es que... no lo amo, aunque lo intenté.

...

Duermo muy mal el resto de la noche, y justo cuando empezaba a recuperar el sueño por la mañana, una llamada me despierta...

—Te mandé un link, revísalo. Corre, corre.

—Ya voy, Skarsgård. Qué feo que seas así.

—Te oyes cansada...

—No dormí... Ya estoy viendo tu mensaje. —Abro el vínculo que me lleva a un comunicado de prensa; lo leo, es de Kelly. —Bill...

—¿Lo estás leyendo?

—Sí. Voy a colgar, tengo que llamarla.

—Ya lo hice, pero me dijo que apagaría su teléfono hasta que esto se tranquilizara un poco. Su representante y su asistente están en su casa también. Dijo que te avisara para que no te preocuparas por ella.

—Está bien, gracias, Bill.

—Ya puedes volver a dormir, perdón por despertarte, no sabía que no habías dormido.

—No creo poder dormir ya.

—¿Desayunamos?

—Sí.

El Autor / Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora