Primera Parte: Capítulo I

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Un torrencial de lluvia caía contra el asfalto, y el chapoteo de las pisadas al correr era todo cuanto podía oírse aquella noche

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Un torrencial de lluvia caía contra el asfalto, y el chapoteo de las pisadas al correr era todo cuanto podía oírse aquella noche. La chica agarró con desesperación la mano de su hermano, no podía escuchar los gritos de los policías a sus espaldas, pero si lograba ver como sus linternas los deslumbraban a través de las gruesas gotas.

— No puedo más. —gimió el menor, frenando en seco ante el intenso dolor en sus piernas.

— Dave... —estuvo tentada a agacharse, a consolarlo, pero las luces se acercaban, y demasiado— No podemos pararnos. —insistió, y haciendo caso omiso a su miedo, lo tomó en sus brazos y arrancó a correr de nuevo.

Tuvo que cambiar de callejón abruptamente, y eso causó que resbalara sobre un enorme charco. La ropa de ambos se cubrió de barro, incluso restos de un agua estancada le llegaron a las pestañas. Miró a su hermano acurrucado en su pecho, temblando, y no se detuvo ni un segundo a pensar en su propio cansancio.

— ¡Fue un accidente! —gritó desesperadamente el muchacho, rogando porque su llanto atravesara la lluvia y ablandara los corazones de los policías— Yo no quise, diles... ¡diles que no quise hacerlo!

Ella no pudo responder, se tragó los sollozos atascados en su garganta y continuó, corriendo con el corazón estallándole bajo las costillas.

— ¡Diles que no fui yo! —berreó en sus brazos, porque todavía era un niño, y hasta esa noche había tenido también inocencia— ¡Anya! —aumentó sus gritos, hastiado del silencio de su hermana.

Ella se retiró las lágrimas con la mano libre, tomando un nuevo callejón donde la alcantarilla se había desbordado. El agua le atravesó las botas y chasqueó los dientes, congelada. Dave cesó de gritar, lo intercambió por un llanto igual de sonoro, pero llanto al fin y al cabo.

La luz de una linterna le cruzó por los ojos, estaban rodeándola. 

Se acercó con las rodillas flaqueándole a la única salida que pudo encontrar, pero sus piernas cedieron antes de alcanzar la verja.

— Dave... —jadeo, incapaz de dar un paso más. El chico se bajó de sus brazos, terriblemente asustado al verla, pues parecía que esta vez no podría salvarlo— Necesito que escales la valla. —la miró con los ojos bien abiertos, intercalándose con las luces que vibraban como una tormenta a punto de destrozarlos— ¡Ahora! —gritó para arrancarlo de sus pensamientos.

HER SWEET KISS ⎯⎯ ᴡᴏʟᴠᴇʀɪɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora