Capítulo III

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Llevaban dos horas en el coche, en dirección a Washington y, en ningún momento del trayecto, Hank había dejado de parlotear sobre el futuro

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Llevaban dos horas en el coche, en dirección a Washington y, en ningún momento del trayecto, Hank había dejado de parlotear sobre el futuro. Quería saberlo todo. Logan se había resignado a contestar las primeras cinco preguntas, ahora, tenía el ceño tan fruncido que Anya comenzaba a preocuparse.

— ¿Por qué no encendemos la radio un poco? —sonrió desde la parte trasera, intentando aligerar el ambiente.

— Sin radio. —Charles la regresó al asiento cuando amagó con acercarse a la emisora. Anya le lanzó una mirada de completa irritación— Tú me prohíbes conducir, yo prohíbo la música. —dijo cruzándose de brazos.

— ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste una copa? —ante su silencio, lo señaló con frustración. Charles se puso las gafas de sol, lo que era completamente inútil teniendo en cuenta que era de noche— Eso, mejor ponte a dormir.

Antes de cerrar los ojos tras los cristales, Charles curvó imperceptiblemente la comisura del labio.

Hank abrió la boca y, cuando a penas el inicio de una palabra salió de él, Logan gruñó apretando el volante.

Anya volvió a lanzarse para detener el conflicto. Se agarró de los dos asientos delanteros, asomando entre ellos la cabeza.

— ¿Por qué no te pones a trabajar en el inhibidor? —comentó, en referencia al aparato que él iba a emplear para entrar en el Pentágono.

— Aquí no tengo espacio. —a Hank se le enrojecieron las mejillas, dándose al fin cuenta de la situación. Estaba siendo un cargante, pero... ¡Logan venía del futuro!

— Entonces cambiemos el sitio. Aquí atrás podrás trabajar en ello tranquilo. —empujó las piernas de Charles a un lado, arrancándole un par de insultos por lo bajo— Él te hará hueco.

Hank soltó una pequeña carcajada, asintiendo. Anya miró finalmente a Logan, sus ojos se encontraron a través del espejo interior. Le vio rodar los ojos antes de aceptar.

— De acuerdo. —farfulló deteniendo el coche.


Una hora en completo silencio, ya casi era media noche y todos en el vehículo lo sentían en sus cuerpos. Charles cayó dormido rápidamente, Hank, por otra parte, se resistió un poco más al tener tanto trabajo por delante. Anya soltó una risilla cuando lo escuchó roncar.

HER SWEET KISS ⎯⎯ ᴡᴏʟᴠᴇʀɪɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora