Ochako Uraraka era una muchacha muy inteligente. Habil para más cosas de las que le era permitido por ser mujer, y una excelente conversadora. Atraía personas por montones, su mano era pedida continuamente. Las madres la adoraban por ser lo que se espera de una nuera y los padres la veían como la mejor inversión, pues su padre era reconocido por sus empresas.
A sus dieciséis años podía decir que su sabiduría la había ayudado a tomar muchas decisiones. La falta de una madre la obligo a criarse sola. La presencia de un padre controlador y maltratador, la hizo convertirse en la chica perfecta.
Ella solo quería irse de casa. Las dos formas de poder escapar de ese infierno eran el matrimonio o la muerte.
Y no quería morir.
Al saber que su padre planeaba casarla con Izuku Toshinori, hijo del gran Yagi Toshinori, un sentimiento de alivio surcó su corazón. Conocía a Izuku por lo que hablaban de él. Un joven bueno, amable, muy capaz e inteligente en sobremanera. No había manera alguna de dudar, porque su bondad no era solo de vista. Hombres y mujeres, niños y ancianos, todos daban testimonio de su gran corazón. Aún su familia era de buen proceder, y de alma afable.
Estaba feliz.
Podría escapar de su horroroso padre y vivir tranquila al lado de un hombre bueno.
Sabía que nunca habría amor de por medio, pues ella amaba a otro, y estaba segura de que Izuku debía tener a su enamorada, ya que había rechazado numerosas propuestas, pero aún sin amor, podían ser buenos amigos en su matrimonio. Ella no interferiría en sus asuntos, ni él en los de ella.
Sin embargo, para Ochako, tan observadora y callada, ciertos detalles se le hicieron obvios, y es que Izuku no tenía una enamorada, si no que un enamorado.
Y ese enamorado era nada más y nada menos que Katuski Bakugo, que en el bajo mundo era conocido como el Perro Bakugo. Ella sabía todo lo que se movía en la alta, media y baja sociedad. Sabía de buena fuente que ese joven Katsuki tenía uno que otro trabajo sucio bajo la manga, y que todas las personas que podían abrir la boca y arruinar su reputación, les serían cortadas sus lenguas.
Su gracia fue enorme al darse cuenta de que ese Perro Bakugo, estaba tan enamorado de Izuku que la miraba con odio puro.
A pesar de que sus sueños por escapar de su hogar, del maltrato constante de su padre y de ese mundo fueron opacados al saber todo esto, sabía que no podía interferir.
Su padre y el señor Yagi querían un matrimonio entre los dos, pero la señora Inko no, e Izuku tampoco lo querría.
Y antes de arruinar la felicidad de alguien, prefería seguir sufriendo ella. Estaba dispuesta a evitar ese matrimonio que podría costarle la felicidad a ese buen joven.
Ella no era una mala muchacha, haría lo que fuera por la felicidad de los demás.
—Espero que le estén gustando los jardines, señorita Uraraka —dijo Izuku, sonriendo de lado. Katsuki rodó los ojos y ella rio bajito.
—Son hermosos, joven Izuku. Me encantaría tener unos así de lindos en mi hogar. Sería una alegría inmensa. —Ochako sonrió con alegría—. Muchas gracias por permitirme verlos.
—Deku es demasiado bueno —murmuró Katuski por lo bajo.
Pero Ochako escuchó. —¿Deku?
—Oh, es un apodo que Kacchan me puso cuando eramos niños —explicó el pecoso, sonrojado. Katsuki le sonrió tan amorosamente que Ochako pensó que estaba dentro de una novela.
Ella ya lo sabía todo.
Ellos dos se amaban.
Demasiado.
Le preocupó el como sería el futuro de ambos, y si podrían ser felices.
—Y se quedará así para siempre, Deku —rio Katsuki, ajeno a la mirada tierna de Ochako por aquella situación desbordante de amor.
—Ay, Kacchan, eres cruel —respondió Izuku, dandole un pequeño golpecito en el brazo. Katsuki respondió pellizcandole la mejilla, y entre quejidos y risas, se miraron con tanto amor que era dificil para Ochako no sentirse como un estorbo, y aún así, solto una risa y miró hacia otro lado.
Cuando su padre le hablara del matrimonio, ella diría no.
Aún si eso le costaba algún golpe más.
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Letras Entrelazadas (Katsudeku)
Fanfiction1896. En un tiempo donde jamás se aceptaría algo como la homosexualidad, una carta llega a Izuku. No dice nombre o dirección del remitente. No le da indicios o una pista para saber quién la envió. Solo sabe que esa persona es un chico, y ese chico e...