Ergi tomó un poco de champán mientras leía el contenido de la carta.
"¿Quiere que vaya despacio con Keila?"
Al pasar el amargo líquido por su garganta y dejar la copa en su escritorio volteó a ver al ave que estaba hidratándose a su lado.
Sonrió con picardía y acarició a Mckenna en su forma de ave, haciendo que se tensara.
— Veo que aún eres sensible a mi tacto.
Esas palabras pusieron nervioso a Mckenna.
— Me pregunto si también lo sigues siendo en tu forma humana...
Esa provocación hizo que Mckenna lo mirara mal.
— ¿Qué? ¿Sigues molesto? Te dije que mi papel para nuestra venganza podría crear malentendidos entre nosotros.
Ante las palabras del castaño, Mckenna se alejó de su tacto.
— Uf. Sigues siendo el mismo de siempre.
Con decepción tomó una pluma y papel.
"Espero que todo esté yendo bien en Occidente para irme con Keila de inmediato..."
Por más que quisiera llevarse a su hermana con él, aún tenía muchas cosas por hacer en Oriente.
Cuando terminó de escribir la carta, la ató a la pata de Mckenna y este salió volando de inmediato.
"Me vengaré del responsable quien nos separó."
Su mirada se suavizó al recordar a su hermana.
"Bueno, ahora soy amigo de Keila, eso se considera un avance."
— Su excelencia.
Ergi salió a recibir a quien lo había llamado.
— ¿Es el vestido?
El joven delante de él asintió a su pregunta.
Ergi miró la caja y asintió.
— Asegúrate de que llegue a manos de Lady Keila.
— Sí, su excelencia.
Al recibir la respuesta, cerró la puerta.
A pocos metros de ellos, una rubia que estaba limpiando el pasillo escuchó la conversación.
"Puede ser mi única oportunidad."
Se armó de valor y corrió hacia el sirviente.
— Disculpe.
— ¿Necesitas algo?
— B-bueno... ¿Yo podría entregar la caja a Lady Keila?
El sirviente la miró desconfiado.
— ¡E-es que la última vez Lady Keila fue muy amable conmigo y quisiera tener una excusa para poder agradecerle!
Cuando el sirviente estuvo a punto de responder, una voz se escuchó a sus espaldas.
— Que lo lleve ella.
Ambos se sorprendieron al ver al Duque parado en la puerta de su alcoba.
Con pasos firmes se acercó hacia la sirvienta y habló con voz seria.
— ¿Cuál es tu nombre?
— Y-yo soy Jennie, su excelencia.
Con torpeza hizo una reverencia.
Ergi la examinó.
— ¿Jennie dices? – recibió una afirmación por parte de la rubia – Puedes llevarle este vestido a Keila.
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El Alfil de la Reina [EDITANDO]
FantasyKeila Ajax sería el karma de Rashta, la concubina que lastimaba a la emperatriz, a quien admiraba. Ella sería la espada que protegería a su mayor, sería.... El alfil de la Reina. Pero en sus planes no estaban enamorarse del emperador, el esposo de s...