— ¿La pasó bien al lado de Lady Keila, su majestad?
Navier sonrió al recordar como disfrutó del festival al lado de Keila.
— ¡Cuando vi a su majestad con su vestido arruinado me sorprendí, pero eso se debe a que su majestad y Keila se divirtieron mucho!
— Ja, ja. Así es, Keila y yo nos divertimos mucho.
— Laura, lleva la ropa de su majestad a lavar.
— Entendido.
Cuando la pelinaranja se retiró de la alcoba, la Condesa miró a la Emperatriz.
— Parece que se lleva mejor de lo que pensaba con Lady Keila, tanto como para mostrarle su pasadizo secreto.
La regente sonrió al ver a Eliza ser muy perspicaz.
— Lo sabías.
— Por supuesto. Sino sería una mala dama de honor. Siempre supe que su majestad iba al pueblo cuando era joven.
— Gracias por no decir nada.
La Condesa terminó de arreglar a la Emperatriz y la guió hacia su tocador.
— No tiene que agradecer nada, su majestad.
Se empezó a escuchar murmullos detrás de la puerta.
— ¿Qué sucede?
— Iré a ver.
Antes de que la Condesa pudiera abrir las puertas, estas fueron abiertas bruscamente.
— ¿Su majestad? – Navier se levantó desconcertada – ¿Qué lo trae aquí a estas horas?
— ¡¿Acaso no es suficiente con molestar a Rashta?!
Navier suspiró para tocarse la puente de su nariz.
"Pensé que ya no volvería a escuchar sobre Rashta..."
— No sé de qué está hablando, si me lo explica podré entender mejor la situación.
Sovieshu miró a la Condesa y Navier asintió, indicando que se puede retirar.
Una vez solos, el Emperador endureció su mirada hacia su esposa.
— No solo te basta con intimidar a Rashta, sino ¡¿también vas por Keila!?
Navier frunció levemente su entrecejo.
"¿Keila? ¿Qué tiene que ver Keila aquí?"
— Su majestad, creo que hubo un malentendido, yo nunca he intimidado a su concubina ni a Lady Keila.
La regente se dio cuenta que el Emperador miraba alrededor.
"¿Qué está buscando?"
- Ja. No seas cínica.
Una punzada golpeó el pecho de Emperatriz.
— Hay testigos que afirman que has estado intimidando a Keila. Ella es tan amable que se negó a decirme la verdad, hoy la encontré con el vestido desgarrado y con los ojos hinchados. Inventó una historia e intenté creerle, pero cuando me contaron que has estado molestando a Keila, no pude quedarme sin hacer nada.
Navier apretó ligeramente sus labios.
— Además ya habías estado molestando a Rashta, ¿qué me asegura que no has molestado a Keila? Ella siempre te visita, ¿acaso la acosabas todo ese tiempo?
— Le digo que no es así, su majestad. Si me deja explicarle-
— ¿Acaso crees que puedes hacer lo que quieras solo por ser la Emperatriz?
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El Alfil de la Reina [EDITANDO]
FantasíaKeila Ajax sería el karma de Rashta, la concubina que lastimaba a la emperatriz, a quien admiraba. Ella sería la espada que protegería a su mayor, sería.... El alfil de la Reina. Pero en sus planes no estaban enamorarse del emperador, el esposo de s...