La habitación se llenó de un sepulcral silencio que ponía los pelos en punta, hasta que la gobernante soltó una exclamación.
— ¡Keila!
Con rapidez Navier se acercó a la menor.
Keila, aún en estado de shock, fue ayudada por la regente.
— ¡Ten cuidado, Kosair! ¡Pudiste lastimar a Keila!
La Emperatriz regañó a su hermano mientras le daba una mirada glacial.
Kosair se sentía culpable.
Bueno, era culpable, casi lastimaba a una inocente joven por no saber controlar sus emociones.
"Pero es la culpa de ella por aparecer de la nada."
Kosair suspiró.
— Lo lamento, no era mi intención casi golpearte con el jarrón.... Pero tú apareciste de la nada – Kosair cerró la boca al recibir una mirada desaprobatoria de su hermana.
— N-no se preocupe. No fue nada.
Keila negó con una mano.
— ¡Pero casi te cae un jarrón!
Navier estaba demasiado preocupada por la menor.
— No le pasó nada, Navier – explicó suspirando.
— Calla, Kosair.
El rubio guardó silencio.
La azabache se sorprendió por el enorme parecido de ambos rubios, parecían gemelos.
— Su majestad, ¿quién...? – con sutileza preguntó por el rubio.
— Ah, él es mi hermano mayor, Kosair.
El rubio bufó cruzándose de brazos
— Kosair, ella es Lady Keila, una amiga mía – la regente presentó a la pelinegra al lado suyo.
— Un gusto conocerlo, Lord Kosair – posó una mano en su pecho, y con su mano libre tomó un extremo de su vestido para inclinarse y saludar adecuadamente.
Kosair simplemente asintió desinteresado.
— Vino de visita – Navier suspiró.
Su hermano no iba a cambiar.
Kosair apretó sus puños y salió de la alcoba con una mirada glacial.
"¿Por qué está tan molesto?"
Keila se confundió ante la actitud del hermano de la Emperatriz.
— ¿Qué tal?
La pelinegra salió de sus pensamientos al escuchar a la Emperatriz.
Miró el hermoso sombrero de la regente que combinaba con su vestido morado y sonrió.
— Le queda excepcional, hermana.
Navier sonrió ante el halago de la menor.
— ¿Qué tal las clases con la Condesa?
Cuestionó dejando el sombrero de lado mientras tomaba asiento junto a la azabache.
— Mentiría si dijera que no son complicadas – sonrió un poco apenada – Pero no me rendiré solo porque no es fácil. Me esforzaré para no decepcionar a la Condesa ni a su majestad.
La regente esbozó una sonrisa al escuchar las palabras de su amiga.
— Además hay alguien a quien quiero enorgullecer con todas mis fuerzas.
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El Alfil de la Reina [EDITANDO]
FantasíaKeila Ajax sería el karma de Rashta, la concubina que lastimaba a la emperatriz, a quien admiraba. Ella sería la espada que protegería a su mayor, sería.... El alfil de la Reina. Pero en sus planes no estaban enamorarse del emperador, el esposo de s...