Evan Laxery
Desperté muy feliz, la mujer que me haría creer en el amor sin tener que firmar un estúpido contrato esta a mi lado, con mi brazo busco su cuerpo desnudo bajo la sabana de seda, ella no esta, quizá esta duchandose, me levante y fui al baño, ella no estaba allí, oh si, es seguro que este en la cocina, fui hasta ese lugar, pero ella no estaba, la busque por toda la casa, ella no estaba, llame por teléfono al recepcionista del edificio.
—¿hola?.— hablo el.
—Hola, soy el señor Laxery,mira, estoy buscando a una chica, mide 1,75, es de piel blanca pálida...
—Si la he visto, ella salió llorando, y se fue, traía su saco, si eso es todo...
—eso es todo, le agradezco.— colgué la llamada.
Ella se fue... me dejó, me abandono, fui a mi habitación a organizarme, quizá ella esté por aquí todavía, me duche, tome un traje terno color negro, me estaba sepillando el cabello cuando miré mi agenda abierta, me acerque hasta allí y miré algo escrito, esa no era mi letra, decía....
"Hola Evan, bueno Señor Laxery, lo siento, solo que... oh cielos, tomé mucho alcohol, no fue mi intención que ocurriera esto, no se enoje por favor, yo no pediré nada, no me volverá a ver nunca, solo por favor no haga me despidan de mi trabajo, es lo único que tengo, lo siento si ocasione problemas, besos Lisabeth."
PD: Besos, pero perdón fue la única libreta que encontré.
Bss. Lisabeth.
¿Y así es como termina?, me enamore de ella, maldita sea, la buscaré hasta por debajo de las piedras y le haré pagar por dejarme, la llevaré a la primera iglesia que encuentre.
Llame a mi primo, pero el no respondió, quizá esta con una de sus conquistas, una llamada entró rápido a mi móvil, conteste..
-Habla Evan Laxery.— le dije a mi primo.—Hasta que te dignas a contestar.
—Evan ahora no, mira hubo y hay más bien problemas en una de las fábricas de Arabia Saudita, tienes que ir ya.—decía mi primo algo preocupado.
—mándame los informes por correo electrónico, y comunícale a la licenciada que atiende tu casa que necesito verle cuando yo llegue a Nueva York.—dije así para no levantar sospechas.
—Um… Aja, sí, espera esos documentos son los de la nueva exportación, no puedes juntarlos con los de la antigua, será un desastre.—Decía mi primo por el altavoz del móvil.—Evan, espera, ¿tienes problemas legales?.
—Algo así, tu cumple con darle mi número y comunicarle el recado que te he dicho.—le dije por la llamada.
—Bien que tengas un buen viaje.—le dije, se escuchó su teléfono de oficina sonar.
—Espera Evan.—contestó y se escuchó algo muy inquietante.— ¿Qué?, espere hable más despacio.
Ya estaba a punto de despegar.
—Dice que la señorita Lisabeth ha tenido un accidente y no podrá venir, deme el nombre del hospital en el que está, ¡Caren!, apunta la dirección.—se escuchaba mi primo un poco preocupado.
Una azafata me pidió que pagará mi móvil porque ya despegara el avión.
—Tengo que irme Ian, luego nos ponemos de acuerdo.— y colgué.
Todo el maldito vuelo pensé en ella, en su cabello, en sus bellos ojos marrones y sus labios sabor a chocolate, sin saberlo me eh enamorado de ella, no importa que me haya abandonado, quizá ella no lo ah hecho intencional, su nota lo dejaba todo en claro.
ESTÁS LEYENDO
El Error de Aquella Noche
RomanceLisabeth, una abogada exitosa con una historia de baja autoestima y depresión, encuentra apoyo en sus amigas y en su carrera. Mientras tanto, Evan, un CEO exitoso y soltero, enfrenta la presión de su familia para casarse. A pesar de su vida llena de...