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El ambiente en la limusina era demasiado incómodo. Juliette se mantenía ocupada jugando con sus dedos.

───. Lo lamento, en serio, las cosas no resultaron como tú querías ─── se disculpó Ben con Mal. Y los demás, bueno, solo fingián no existir.

Mal no sabía qué decir con exactitud, así que le tomó unos segundos saber que decir.

───. Bueno, estas a salvo y eso... ─── dijo, con la mirada perdida. Juliette recordó lo que Mal le había dicho antes, ella no quería regresar a Auradon.

───. Al menos logré conocer la Isla ─── comentó Ben, fijando su vista en Juliette ───. Es mi pueblo también ─── Juliette sonrió ligeramente por sus palabras, estaba orgullosa de él ───. Uma hizo que viera eso.

Mentalmente, Juliette hizo una reverencia ante Uma, porque ella había logrado algo que Juliette siempre intentó y nunca consiguió; hacerle ver a Ben que su padre se había equivocado. Tal vez era el hecho de que la propia Juliette no era de la Isla, por eso no podía terminar de hacerlo entender.

───. Ben, Uma te capturó ─── dijo Mal, como si no creyera lo que Ben decía.

───. Es una chica enojada con un mal plan ─── negó Ben, justificandola. Evie, Carlos y Juliette se miraron asombrados ───. No es tan diferente a ti cuando fuiste a Auradon.

Juliette apretó los labios y recargó su cabeza ahora en el hombro de Evie, evadiendo la mirada de ambos chicos que tenía enfrente.

───. Incómodo ─── canturreó Chico.

───. Chico, ya sé que hablas, pero no siempre hay que hacerlo ─── Carlos calló al perro.

Juliette le sonrió solo un poquito a la peliazul. Dios, todos ya querían abandonar esa limusina.

Atravesar la barrera siempre resultaba algo asombroso para Juliette, pero en ese momento no le importaba tanto por lo que pasaba en la parte delantera.

───. ¿Vienes a practicar después, no? ─── comentó Jay, mirando de reojo Lukas con una sonrisa.

───. ¿Rompes las reglas? ─── se burló el otro, divertido ───. A Chad no le va a gustar.

───. Chad puede irse muy al río.

Lukas soltó una carcajada y tomó la mano de Jay.

───. Sí, tienes razón.

Juliette, Carlos e Evie se miraron emocionados y soltaron un silencioso chillido.

Llegaron a la preparatoria para el inició de las clases, todo estaba tan normal, que Juliette no creía lo que había vivido solo en dos o tres días. Lukas llevaba las espadas.

ᒾ𝓢 𝐈𝐋𝐕𝐄𝐑| 𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘋𝘦 𝘝𝘪𝘭 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora