Un mes había pasado de lo sucedido en la cabaña, los hermanos se movían constantemente junto a sus hijos que ya se habían adiestrado en el arte de matar caminantes, no sé atrevían a salir del bosque por completo y ya casi llegaban a las afueras de Atlanta dónde esperaban encontrar un refugio.
— ¿Daryl? –lo llamó para que se detuviera y descansaran un poco ya que los chicos estaban agotados y él necesitaba alimentar al bebé.
— ¿Crees que esas personas sigan vivas? –cuestionó Daryl al tiempo que se sentaba frente al mayor ignorando por completo que su hijo y sobrina estaban juntando ramas cerca de ahí.
— Espero que sí porque yo quiero ser quien los asesiné –dijo volviendo su semblante frío.
— Si, lo haremos –aceptó el menor de los dos.
— ¿Sabes?, Extraño tener sexo –dijo soltando una risita al final causando que su hermanito sonriera ligeramente.
— Yo también –admitió avergonzado.
Después de eso se miraron por unos segundos pensando en todo lo que han vivido pero nunca admitirán que se les cruzó la idea de siquiera verse de una forma sexual, ellos eran hermanos y se amaban demasiado como para dañarse de esa forma.
— Hay que comer y seguimos –dijo Merle tratando de ignorar sus pensamientos.
Así se la vivieron por un tiempo hasta que un día escucharon gritos de personas pidiendo ayuda.
— Hay que ayudar, tal vez quienes los están atacando sean los mismos que... –se callo al ver que el mayor cargaba su rifle.
— Ustedes quédense aquí hasta que sea seguro, Teri protege a tus hermanos –ordenó Merle una vez Daryl le entregó el bebé a la adolescente.
Ambos caminaron hacia el lugar y pudieron ver a los atacantes, uno de ellos traía una camisa que una de sus hijas le había regalado a Will, lo sabían porque ellos habían ayudado a poner el nombre del viejo.
— Apunta a la cabeza y al idiota que trae la playera a las piernas, necesitamos saber que hicieron con John, Dave y Peter.
Daryl asintió y comenzó a acechar a su presa, soltó flecha tras flecha junto a cada disparo que Merle daba.
Cuando acordaron, ya estaban frente al que traía la camisa que decía Will en la espalda.
— No nos conoces pero tal vez te suene una cabaña al sur –dijo Merle apuntándole con el rifle.
— Si, la recuerdo, después de tener sexo con las chicas y torturar al muchacho y al niño, los matamos, a los que no hallamos fueron a los dos idiotas que seguimos hasta allí –finalizó sin ninguna pisca de miedo y con algo de burla y molestia mezclada en su voz.
— Nuestros hijos pueden estar vivos –le dijo Daryl a Merle con una pequeña sonrisa que se borró al escuchar el sonido del rifle.
El cuerpo ya sin vida cayó en seco y los dos hermanos se giraron a ver a las personas que habían salvado.
Un hombre de unos 60 y algo de años, otro de 30 años y dos mujeres, una de casi 30 y la otra de unos 18 años.
— ¿Se encuentran bien? –cuestiono Daryl viendo a cada uno.
Todos asintieron con una pequeña sonrisa que mostraba su gratitud.
— Bien... Vamonos Daryl –dijo Merle causando que su hermano asintiera.
— Atlanta ya no es segura, por si van para allá –dijo rápidamente la menor de todos.
Ambos hermanos asintieron para luego verse de reojo como decidiendo si irse o quedarse.
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Pecando Por Amor
RandomEl apocalipsis había iniciado de una manera sorpresiva, nadie se imaginaba que la vida como la conocemos terminaría con el pasar del tiempo, algunos hasta pensaban que el fin del mundo estaba relacionado con una noticia que años atrás se dió por la...