Capítulo 9.

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LALISA MANOBAL.

UNA SEMANA DESPUÉS.

—Esto será todo un éxito —hablé, espero estén listos para dar lo mejor el día de hoy.

Todos me miraron y asintieron. Había pasado una semana que para ser sincera, se me hizo eterna, creo que ni el año se me hizo tan eterno. Pero fue bueno, luego de que Michael haya salido del hospital, nos dedicamos a terminar de repartir la otra parte de las entradas. Y que decir de sus padres, se sentían orgullosos de él.

Becca no podía estar más feliz y Somi me acompañaba a mí, como una amiga y bueno, Rosé tampoco se quedó atrás. Venía conmigo y también ponía de su parte.

Yo por mientras aceptaba que Jennie ya no me quería, que se acabó. Que su corazón ya no latía con la misma fuerza de antes al verme, y que se rompió.

Todo quedó atrás. No me daría esa oportunidad.

Pude ver a la gente ahí afuera. Jennie se estaba preparando para salir y dar uno de los mejores conciertos. Mientras que Michael se sentía nervioso, y descubri que no importa que tan perfecta se vea una persona, nunca se sabe los demonios que carga adentro.

Salí, lista para dar la presentación.

Tomé el micrófono y sonreí a todo ese público.

—Buenas noches —carraspeé—. Espero que estén bien y que se sientan feliz de estar aquí. Porque hoy esto es para demostrarle al mundo que podemos cambiar, que podemos ser mejores personas y sin duda, cambiar nuestras vidas. Se cree que cuando alguien tiene una fuerte adicción o algo de ese tipo, es un miserable para toda su vida; pero les cuento que eso es una total mentira, yo soy alguien que lo puede decir con certeza, yo soy un buen ejemplo —miré hacia atrás y ahí estaba Rosé, Somi, Becca y Michael mirándome con una sonrisa. Y sé que Jennie también lo estaba haciendo.

—Uno cambia por uno mismo, por la vida. Porque siempre hay una oportunidad para ofrecerte. Y quisiera decirle a Michael, que pase adelante, y nos regale unas palabras —me giré, y vi el miedo en sus ojos, negó con la cabeza y retrocedió—. Un momento –di una sonrisa nerviosa y corrí a la parte de atrás. Donde sus padres le estaba hablando—. ¿Qué pasa?

—No me dijiste que iba a hablar, eso no estaba en el guión, Lisa. No.

—No, mírame —lo detuvo su padre—. Lisa hizo esto por ti, no puedes retroceder, no puedes echarte para atrás por el miedo. Es obvio que tienes miedo y va a estar siempre, porque es eso, porque esta ahí para hacerte rechazar a la valentía; pero no puedes hacerlo, no hagas caso.

—No puedo.

—Sí, puedes Michael, sí que puedes —lo tomó de los hombros—. Eres de los pocos que pueden salir de esta mierda, no te cierres, Michael. Tú puedes.

Jennie se acercó y tomó la mano de Michael, —Tú puedes porque eres de los pocos que pueden salir de esto con grandes ayudas, no lo eches a perder.

—Saldré —dijo por fin, sonreí.

—Perfecto, vamos... pero vamos todos.

Todos salimos al escenario. Pero quien tomó el microfono fue Michael.

Con las manos temblorosas y los sudores corriendo por su cuello, pero se armó de valentía junto a su familia. Jennie y yo nos quedamos a un lado.

—Quiero empezar esto dándole las gracias a Lalisa y a Jennie —tomó aire—. Gracias a ellas fue que se logró esto, y el empeño que pusieron, pero también a mi familia. Nunca quise que pasaran esas cosas terribles, a mi hermana, perdón por ponerte es esa situación y estoy aquí porque sé que puedo cambiar. Porque las personas se merecen una segunda oportunidad, porque sé puede y no es imposible. Mientras haya voluntad. Y a veces hay que tocar fondo para darse cuenta cual es el buen camino. E invito a todo el mundo a tener esa oportunidad a darse esa oportuidad de creer en las segundas oportunidades.

Corazones Medio Rotos. (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora