Capítulo 4

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Estaba tan perdido por todo el placer que estaba sintiendo, sentía como le dejaba besos en sus piernas, había saliva en esos besos suaves. La saliva escurría por sus piernas hasta caer en la suave sábana blanca y esta no tardó en mojarse, soltaba leves jadeos, cada vez que el alfa lamía su piel.

Era su maldita perdición.   

Tenía sus manos apretadas y mordía su labio inferior tan fuerte que dos gotas de sangre fluyeron de ellos. Las manos de él se sentían tan bien, su toque se sentía tan correcto, como si hubieran sido hechas solo para acariciar su suave piel.

El lubricante natural salía de su ano sin piedad, las sábanas estaban tan mojadas por la saliva del alfa y el lubricante del omega que no pudo evitar sentir un poco de vergüenza. La habitación estaba llena de sus feromonas y de los olores combinados de ambos, ambos estaban perdidos en el placer, en el momento que estaban viviendo y solamente estaban ellos dos.

—Taehyung... — gimió, sorprendiendose a si mismo de haber sonado muy afeminado, quería morderse la lengua para evitar que otro sonido saliera de su garganta.

Taehyung seguía besando sus piernas, lo hacía con tanta paciencia, quería provocarlo, quería tenerlo todo para él.

—Voy a llenarte de mis cachorros. —Sin poder evitarlo Jungkook soltó un nuevo gemido ahogado de tan solo escuchar la voz de Taehyung, aun más gruesa que de costumbre, aun más masculina, aún mas de alfa.

Taehyung comenzó a besar su cuello, probando cada parte de su nivea piel, olfateando ese aroma que tanto le gustaba. Pensó en qué lugar poner su marca, sería en un lugar en donde fuera muy visible por supuesto, para que todos vieran que Jeon Jungkook era suyo, que era su omega.

Bendita sea Tailandia y la cómoda cama que tiene Taehyung.

Comenzaba a querer estar en Bangkok por siempre, con tal de tener a Taehyung solo para él y para nadie más, quería estar cerca de él, escondiendo su pequeña nariz en el cuello del alfa y que este lo acunara en sus grandes brazos.

El alfa dejó varios chupetones en el cuello del Omega, incluso en sus clavículas y fue bajando con sus labios hasta llegar a sus pezones, chupó el derecho con firmeza, logrando que Jungkook soltara gemidos aún mas escandalosos, mordió un poco, solo para ver su reacción, sonrió satisfecho ante su expresión tan placentera. El omega se estremecía de pies a cabeza con sus manos hechas puños contra las sábanas.

—Ahorcame... — murmura,— apretame el cuello, hazlo, por favor.

Y joder, Taehyung no se esperaba eso.

—¿Seguro?— pregunta dudoso, no se esperaba ese fetiche del Omega, Jungkook pareció pensar bien la respuesta.

Realmente quería que le apretara el cuello, siempre había querido eso pero no se había atrevido a expresarlo en voz alta, pero ahora era diferente y tenía tantas cosas que quería intentar con él, ahora que tenía la oportunidad no la iba a desaprovechar.

—Si, hazlo. —No era necesario decir que él no era un Omega sumiso, era todo un mandón.

Taehyung dejó en paz el pezón de Jungkook, cubierto con una pequeña capa de saliva, se posiciono entre sus piernas, abriéndolas aún más, para así poder estar más cerca de él, muy dudoso puso su mano en el cuello de Jungkook, dando un leve apretón, cosa que hizo que muy apenas y pudiera gemir.

Le encantaba que lo apretaran del cuello. Que Taehyung lo hiciera, él lo hacía con mucho cuidado, tratando de no apretar muy fuerte para no dejar marcas en el pequeño cuello del omega quien soltaba pequeños quejidos de placer. Él quería más que apretones en el cuello, pero le daba pena decirlo.

Un Aroma Peculiar (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora