—¿Qué harán con esas flores? —quiso averiguar Mingi antes de que San y Yeosang se fueran de su casa.
El rubio lo pensó por un momento. Nada malo podía pasar si le contaba, ¿o sí?
—Voy a llevarlas… ahí. —Su voz se fue apagando con cada palabra—. Ya sabes, cerca del valle. A él le gustaba verlas volar. Espero que no te moleste que las saque.
Un nudo se hizo en su garganta apenas dio a entender que hablaba de Hongjoong, incluso cuando excluyó parte de la verdad.
Vio que su primo marcaba poco a poco la tristeza en su rostro. Él recordaba a la perfección la importancia de esas flores y lo sabía.
—Entiendo, y claro que no me molesta. Sabes que esas flores son tuyas también —dijo con voz suave y más baja—. Puedo acompañarte algún día, si quieres.
Asintió con una triste sonrisa antes de volverse a San, que solo se mantuvo callado, e indicarle con un gesto que ya era hora de irse. Se despidieron de Mingi y salieron a la acera.
—Gracias por acompañarme —expresó después de un gran silencio mientras balanceaba la bolsa oscura que cargaba con flores. Su vista fija en el camino rodeado de árboles y de pocas pero bonitas casas que ofrecía la salida del pueblo.
—No agradezcas, para mí es divertido hacer esto. Hasta llego a sentirme como el cómplice de una aventura —confesó sonriendo de forma tierna y tratando de cambiar el semblante de su amigo con su buen humor.
Yeosang dejó ir un suspiro antes de hablar.
—Eso es lo que pasa cuando vives en un pueblo inexistente y aburrido. Espero irme algún día de aquí.
Aunque de verdad pensaba de esa manera, sabía que aún no estaba listo para dejar ese lugar donde vivió tantas cosas con Hongjoong.
—También yo —San respondió en voz baja.
Ambos notaron que la plática se estaba volviendo algo triste, por lo que detenerla fue lo que mejor les pareció.
Se despidieron en cierto punto y el rubio comenzaba a cuestionarse muchas cosas. Las dejó a un lado cuando estuvo ya cerca del lugar.
Se asomó despacio a la orilla, sabiendo que Seonghwa siempre estaba abajo y que no era tan probable que lo viera. Estuvo en lo cierto.
Él estaba con un celular en la mano sacando fotos a algo que estaba en el césped. Inevitable fue formar una sonrisa al encontrarlo de esa manera.
Al parecerle un poco incómodo y hasta perturbador estarlo observando, dejó de hacerlo y dio otro paso más cerca para lanzar los pétalos e irse.
No obstante, algo en el suelo lo distrajo: una nota debajo de una pequeña piedra.
La tomó rápidamente y retrocedió con agilidad para leerla sin preocupaciones.
No sabes cuánto me alegra esto. Muchas gracias.
Me gustaría saber quién eres y devolverte de alguna manera lo que estás haciendo :(Como si las palabras no fueran suficientes, la carita triste del final lo hizo sentir aun más extraño, y por razones que él mismo desconocía, decidió que los pétalos no caerían por esa intimidante altura aquel día.
Se dio la vuelta y caminó con tranquilidad para encontrar pronto el sendero.
¿Qué es lo que quería devolver? No estaba haciéndole un favor ni era obligado a hacer tal cosa y quería llegar a expresarle eso. Más se estaba convenciendo de que era una persona agradable, aún cuando no parecía estar del todo bien.
Sacó una flor de la bolsa que evitaba que se escaparan y la vio con detenimiento, revisando cada detalle. Los pétalos eran suaves y del amarillo más alegre que vio en su vida.
Los recuerdos llegaron solos. Viajó años atrás, cuando todavía era un niño y llegaba ahí a jugar con su hermano, siempre teniendo cuidado cuando bajaban al valle o cuando estaban en una altura considerable del cerro.
Dejó caer la flor cuando un día en específico se plantó en su mente.
Handong, la mamá de Mingi, les había preguntado a él y a Hongjoong si querían tener flores y verlas crecer a diario. Las plantaron todos juntos en casa de su tía, en el patio trasero, y cada cierto tiempo lo repetían, volviéndose casi una costumbre.
Amaban el paso de los días, pues eran conscientes de que los tulipanes estaban cobrando vida y creciendo gracias a ello.
Yeosang jamás creyó que todo iba a cambiar en tan solo un par de años, que ya no volverían a ver juntos cómo crecían las flores, que una cantidad iba a llegar a un chico casi desconocido, y otra, a la tumba de su hermano.
El tulipán que había soltado se fue volando con el viento, tal cual la presencia de Hongjoong.
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petals ─ seongsang
Fanfictionseonghwa descubrió el lugar perfecto para reflexionar; yeosang encontró a la persona perfecta para arrojar sus pétalos. ↣ capítulos cortos ↣ inspirado en el video jumpsuit - tøp ↣ portada hecha por @hwainbow ♡ ⠀⠀⠀⠀✧️ inicio: 12.09.22